Los Buhitos y la Carrera de las Nubes. Érase una vez en un bosque profundo, habitaba una familia de búhos llamada los Buhitos. Esta familia se distinguía por su inteligencia y habilidades para volar en diferentes condiciones climáticas. Un día, en el bosque empezaron a llegar muchos animales de todas partes para presenciar una carrera muy peculiar. Era la famosa carrera de las nubes.
Los Buhitos habían preparado a su hijo más joven, un búho llamado Pedro, para que participara en la carrera. Esta consistía en volar lo más alto posible, superando en altura a las nubes que se formaban en el cielo. A medida que los competidores subían, las nubes se tornaban más densas, lo que les dificultaba la visibilidad y la velocidad a causa de los fuertes vientos y tormentas eléctricas.
Pedro estaba emocionado por competir, pero también estaba nervioso. Sabía que la carrera sería muy difícil, pero estaba seguro de que podría ganar. Después de haberse entrenado duramente durante meses, estaba listo para desafiar a los demás búhos y convertirse en el campeón de la carrera de las nubes.
Cuando llegó el gran día, Pedro se levantó temprano para prepararse. Su madre le ayudó a ajustar sus alas y le dijo que estaba muy orgullosa de él. Su padre, quien era un sabio búho, le dio algunos consejos importantes antes de partir. Le dijo que mantuviera la calma y que no se dejara intimidar por otros competidores. También le recordó que debía estar atento a las señales climáticas, para que pudiera ajustar su velocidad y su dirección en el momento preciso.
Pedro se sintió seguro después de haber recibido los consejos de sus padres. Llegó al punto de partida y vio que los demás búhos también estaban muy emocionados. Escuchó a los animales del bosque animándolo: “¡Vamos Pedro, eres el mejor!” Y se sintió aún más valiente y decidido.
La carrera empezó en cuanto el sol salió en el horizonte. Pedro empezó a volar muy rápido, manteniendo su velocidad pero mirando siempre al frente para estar al tanto de las condiciones climáticas. Pronto, empezó a superar a cada uno de los búhos uno por uno. Algunos no lograban superar la densidad de las nubes y caían, otros perdían fuerza y velocidad.
Pedro estaba haciendo un muy buen trabajo; volaba tan alto que estaba casi tocando las nubes. De repente, escuchó un fuerte trueno. La tormenta eléctrica estaba más cerca de lo que había pensado. El viento se agitó con fuerza y las nubes se oscurecieron de pronto. Pedro empezó a perder altura y velocidad debido a la intensidad del viento.
Por un momento, Pedro pensó que había perdido la oportunidad de ganar. Pero entonces recordó los consejos de su padre y se calmó. Se concentró en la dirección del viento y ajustó la velocidad, logrando mantenerse a flote en un viento tan fuerte. Con esfuerzo y dedicación, logró superar la tempestad y se elevó por encima de las nubes, permitiéndole ver el sol y una vista espectacular.
Pedro había ganado la carrera de las nubes. Estaba muy feliz, así que tomó un respiro para observar el hermoso paisaje. Veía una cascada que se precipitaba de la montaña y que parecía tocar las nubes, el hermoso bosque a lo lejos y más allá, la costa del mar. De repente, se dio cuenta de algo muy importante: no estaba solo; su familia y amigos lo habían acompañado hasta allí.
Pedro bajó rápidamente para agradecer a todos los presentes. Se sintió muy agradecido de haber cumplido su sueño de ganar la carrera de las nubes, pero también se sintió feliz de tener el amor y la compañía de su familia y amigos.
Desde ese día en adelante, los demás búhos empezaron a preguntarle por su entrenamiento y por sus secretos para volar tan alto y con seguridad. Pedro habló con ellos pacientemente y les dio algunos consejos, sabiendo que la próxima carrera estaba cada vez más cerca.
Los Buhitos eran ahora más reconocidos en el bosque y la familia se había convertido en una referencia para muchos jóvenes que soñaban con seguir sus pasos y convertirse en los próximos campeones de la carrera de las nubes. Los días pasaron y una vez más, el bosque se quedó en silencio en espera del próximo gran evento.
Y así, se cierra la historia de los Buhitos y su triunfo en la carrera de las nubes. Siguen inspirando a los animales del bosque con su coraje, sus habilidades y su amor incondicional por la familia y los amigos. Una historia de valentía y dedicación, que nos deja un mensaje claro: todo lo que queremos es alcanzable si trabajamos arduamente y nunca dejamos de soñar.
