Las ositas y el cumpleaños sorpresa. Érase una vez, en un bosque encantado, vivían dos ositas muy amigas llamadas Lila y Rosa. Ellas eran inseparables y hacían todo juntas. Desde jugar, pasear por el bosque, hasta cocinar deliciosas galletas de miel juntas.
Un día, mientras estaban en su casa, Lila le preguntó a Rosa qué día era.
«Es el 11 de septiembre», respondió Rosa.
«¡Eso significa que mi cumpleaños es en tres días!», exclamó Lila emocionada.
Las dos ositas sabían que el cumpleaños de su amiga era muy especial y quisieron hacerle una fiesta sorpresa. Pero no tenían mucho tiempo, así que comenzaron rápidamente a hacer los preparativos.
Primero, fueron a la tienda de regalos para escoger el obsequio perfecto para Lila. Después de buscar y rebuscar, finalmente encontraron un collar con una hermosa piedra púrpura. Sabían que era su color favorito y que le encantaría.
Después de hacer las compras, las ositas volvieron a casa y comenzaron a decorar su hogar para la fiesta. Colgaron globos de colores, banderines y prepararon una mesa llena de deliciosos cupcakes con velas.
Finalmente, llegó el día de la fiesta y Rosa logró mantener el secreto hasta el final. Como Lila pensaba que era un día normal, no se esperaba ver a sus amigos en su casa, cantando feliz cumpleaños.
Cuando vio a su amiga Rosa, que siempre decía que olvidaba las fechas, abrazándola mientras le cantaba, se emocionó. Luego, vio los globos y los cupcakes, y se sintió aún más afortunada.
¡Todos los animales del bosque también llegaron a la fiesta! Había mapaches, ardillas y pájaros que cantaban para ella. Lila se sintió muy feliz por tener amigos tan maravillosos.
Después de soplarse todas las velas, Lila abrió su regalo y se encontró con el hermoso collar. Ella estaba muy emocionada porque sabía que sus amigas habían pasado tiempo buscándolo.
«¡Me encanta! ¡Muchísimas gracias, chicas!», dijo Lila.
La fiesta fue tan divertida que duró hasta altas horas de la noche. Las ositas bailaron, cantaron, comieron muchas galletas y se divirtieron con sus amigos del bosque.
Finalmente, cuando todos se dispersaron, las ositas limpiaron su casa y se fueron a dormir con una sonrisa en sus caritas.
«Gracias por la mejor fiesta de cumpleaños de mi vida, chicas», dijo Lila antes de quedarse dormida.
«De nada, amiga. Solo queríamos que este cumpleaños fuera muy especial para ti», respondió Rosa.
Las dos se abrazaron y se quedaron dormidas, esperando otra aventura emocionante en el bosque mañana.
Porque en el bosque encantado, siempre hay nuevas aventuras donde hacer amigos, compartir momentos mágicos y celebrar la vida.