La Sirena del Valle de las Estrellas del Mar Perdidas. Érase una vez en un valle escondido de las profundidades del mar, un grupo de sirenas que vivían felizmente en el Valle de las Estrellas. Allí, cada noche, las pequeñas y brillantes estrellas del mar surgían de las profundidades y hacían del lugar un verdadero espectáculo de luz y color.
La sirena más curiosa del grupo era Luna, quien siempre quiso saber más acerca de esas estrellas del mar que adornaban su hogar. ¿De dónde venían? ¿Por qué eran tan brillantes? ¿Podría alguna vez alcanzarlas? Se preguntaba ella.
Un día, Luna decidió que era hora de averiguar las respuestas a todas sus preguntas. Así que, reunión valor y coraje, se aventuró a salir del valle y comenzó a nadar hacia el océano profundo en busca de las estrellas.
Nadó y nadó, cada vez más y más lejos del Valle de las Estrellas. Hasta que en un momento, se encontró en un lugar que nunca había visto antes. Era un arrecife enorme y hermoso, lleno de vida y color. Luna estaba admirada por la belleza del lugar, pero sabía que no había venido para ver arrecifes.
Mientras seguía nadando, una suave luz comenzó a aparecer ante sus ojos. Al acercarse, se dio cuenta de que se trataba de una hermosa estrella del mar. Luna se acercó cuidadosamente y comenzó a hablar con la estrella.
– Hola, hermosa estrella del mar. Mi nombre es Luna y estoy buscando una manera de llegar a las estrellas del mar en el Valle de las Estrellas.
– Hola, Luna. Mi nombre es Estela y todas las noches veo cómo las estrellas del mar salen del valle. Pero ten cuidado, Luna. El camino no es fácil y puede ser peligroso. ¿Estás segura de que quieres hacerlo?
– ¡Absolutamente! –respondió Luna- Quiero saber más acerca de esas estrellas y cómo puedo ser como ellas.
– Muy bien –dijo Estela- Entonces vamos juntas.
Así, Estela y Luna nadaron juntas hacia lo desconocido. El camino fue largo y peligroso, pero finalmente llegaron a una enorme cueva submarina. Al acercarse, pudieron ver un resplandor en el interior, y sin pensarlo dos veces, se adentraron en ella.
Dentro de la cueva, una gran sorpresa les esperaba. La cueva estaba llena de estrellas del mar. Grandes y pequeñas, de colores intensos y brillantes. Luna estaba impresionada por la belleza del lugar.
– Esto es simplemente maravilloso –dijo Luna-
– Sí, pero hay algo que debes saber – respondió Estela- todas las estrellas han llegado aquí después de grandes esfuerzos y luchas, para dar luz y color al fondo del mar. Son algo especial y único, por lo que no todos pueden ser estrellas del mar. Solo aquellos que han pasado por grandes pruebas y tienen mucho coraje para enfrentarlas.
Luna entendió que llegar hasta allí había sido un gran esfuerzo, pero aún no estaba segura de si tenía lo que se necesitaba para ser una estrella del mar.
– ¿Cómo sé si tengo lo que se necesita? –preguntó Luna.
– Para ser una estrella del mar -respondió Estela- debes estar dispuesta a enfrentar tus mayores temores, y sobre todo tener amor y cariño por ti misma y por los demás.
– Lo intentaré –dijo Luna, sintiendo un poco de miedo en su corazón.
De repente, se escuchó un fuerte sonido en la cueva. Era un ruido conocido por todas las sirenas del Valle de las Estrellas, señal de una gran tormenta.
– ¡Oh, no! –exclamó Luna- ¡Hay una tormenta afuera!
– Tenemos que salir de aquí lo más rápido posible –respondió Estela- ¡Vamos!
Juntas, Luna y Estela nadaron velozmente hacia la salida de la cueva. El viento y la lluvia eran tan fuertes que hacían difícil avanzar a través de las olas. Pero Luna no se rindió, recordando lo que Estela le había dicho acerca del coraje y el amor. Finalmente, después de una larga y difícil travesía, lograron llegar a salvo al Valle de las Estrellas.
De regreso en su hogar, Luna miró hacia el cielo nocturno y se maravilló al ver que las estrellas del mar aún brillaban intensamente. Entonces comprendió lo que significaba ser una verdadera estrella del mar. Y ella también brillaría, porque ahora sabía que tenía lo que se requería para ser una auténtica estrella del mar.
Desde aquel día, Luna fue muy feliz con su nuevo conocimiento y su brillo propio. Ahora cada noche, las estrellas del mar brillaban aún más fuerte, y Luna era una de ellas porque tenía coraje, amor y se mantenía positiva. Una historia de valentía, sabiduría y perseverancia para Luna, la sirena del Valle las Estrellas del Mar Perdidas.