La Sirena del Jardín de las Algas

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La Sirena del Jardín de las Algas
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La Sirena del Jardín de las Algas. Érase una vez, en el jardín de las algas, habitaba una hermosa sirena con una cabellera de tonos verde esmeralda que brillaba al contacto con los rayos del sol. Su nombre era Coralina y le encantaba recoger almejas y desprender las más hermosas perlas del océano.

Cada día, salía de su hogar submarino para recoger almejas y adornar su jardín con las elegantes perlas que encontraba. Pero un día, se encontró con un pequeño caracol que era distinto a todos los demás. Tenía una concha grande y de una belleza espectacular.

Coralina nunca había visto algo tan bello en toda su vida, y le preguntó al caracol cómo había conseguido semejante tesoro. El caracol le explicó que había nacido con esa concha y que había sido creado por una diosa llamada Anfítrite.

Coralina, fascinada por la historia del caracol, quiso conocer a Anfítrite y la búsqueda comenzó.

La sirena viajó por el océano, preguntando a todos los animales que encontraba en su camino, pero nadie sabía quién era Anfítrite y dónde encontrarla.

Cansada de tanto buscar, Coralina decidió regresar a casa y continuar buscando una pista sobre la diosa del mar.

Pero una tarde, después de un largo día recogiendo almejas y adornando su jardín de algas, se topó con un delfín muy especial. Era más grande que todos los demás que había visto antes y tenía un brillo mágico en su piel.

Coralina sabía que el delfín tenía algo que ver con su búsqueda, así que se acercó a él y le preguntó si sabía algo sobre Anfítrite.

El delfín, que resultó ser un amigo de la diosa, le indicó el camino hacia su hogar en el fondo del océano.

Contenta por haber encontrado una pista sobre Anfítrite, Coralina se adentró en lo más profundo del océano, esperando encontrarse con la mítica diosa del mar.

Cuando llegó al lugar indicado, se encontró con Anfítrite, una hermosa mujer con cabello azul y corona de conchas. Coralina se arrodilló ante ella y le pidió ayuda para encontrar la concha más hermosa del mundo.

Anfítrite, sabía de la voluntad de Coralina por buscar algo especial, así que le explicó que la concha que había encontrado el caracol era única y no podía ser igualada.

Pero le prometió que le iba a mostrar algo más hermoso que cualquier cosa que hubiera visto antes. Sacó un pequeño cofre del agua y lo abrió, un brillo dorado salió del interior, allí estaba el collar de perlas de la diosa, un tesoro más precioso que cualquier otra concha en el mundo.

Coralina estaba fascinada con el collar de la diosa del mar, y Anfítrite, generosamente, le concedió un par de perlas de su collar.

Coralina regresó a su hogar submarino muy contenta, contenta porque había conseguido su tesoro más preciado, una perla única que le permitía brillar como el sol.

A partir de ese momento, Coralina vivió feliz junto a su cabellera verde esmeralda, adornada con la más hermosa perla del océano.

Y así, la sirena del jardín de las algas siguió viviendo feliz, decorando su jardín con las perlas más hermosas del fondo del mar, y siendo conocida por el brillo único de su cabellera.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
La Sirena del Jardín de las Algas
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