La princesa y el reino de los dragones

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La princesa y el reino de los dragones
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La princesa y el reino de los dragones. Érase una vez, en un reino lejano, una princesa llamada Isabella. Vivia en un castillo muy grande y lujoso, rodeado de jardines y bosques. A pesar de tener todo lo que podrían desear, la princesa se sentía sola.

La princesa Isabella amaba salir a explorar el bosque, y un día mientras lo hacía, notó algo diferente en el aire. Miró hacia arriba y se sorprendió al ver un enorme dragón volando en el cielo, con sus alas batiendo con fuerza. La princesa nunca había visto un dragón antes, y aunque al principio sintió miedo, al ver que el dragón no le hacía daño, se acercó un poco más para observarlo detenidamente.

Mientras la princesa contemplaba al dragón, de repente este voló hacia ella, pero en lugar de atacarla, le habló. «¿Qué haces sola, princesa?» preguntó el dragón. «Sólo estoy explorando el bosque», respondió Isabella.

El dragón, llamado Drake, le contó a la princesa que él era el guardián del reino de los dragones, un lugar mágico escondido detrás de las montañas. Le dijo que los dragones habían estado buscando alguien digno de visitar su reino, y que la princesa tenía un corazón puro y valiente, y sería la persona perfecta para la tarea.

La princesa Isabella estaba emocionada ante la idea de viajar al reino de los dragones, y así fue. Drake la llevó en su espalda, y en poco tiempo llegaron a un valle escondido detrás de las montañas. El lugar era impresionante. Había ríos brillantes, cascadas de agua cristalina, y árboles que parecían tocar el cielo. Y por supuesto, lo que más llamó la atención de la princesa fueron los dragones. Había dragones de todos los colores y tamaños. Algunos tenían escamas doradas, otros plateadas. Había dragones que soltaban agua, otros que escupían fuego.

La princesa se quedó encantada con todo lo que veía, pero lo que más le gustó fue conocer a la Reina de los Dragones, una próspera hembra rojiza, cuyo escamas brillaban bajo la luz del sol. La Reina de los Dragones le habló a la princesa de una antigua leyenda que decía que sólo un humano valiente podría vencer al malvado dragón oscuro que amenazaba con apoderarse del reino de los dragones, y de cómo ella creía que la princesa era la única capaz de realizar esa proeza. El corazón de la princesa dio un vuelco al escuchar esto, ¿Cómo podría ella, una simple princesa, vencer a un dragón malvado y gigantesco?

Pero la Reina de los Dragones no dejó que la princesa perdiera la esperanza, y le ofreció la oportunidad de entrenar con los dragones más fuertes y sabios del reino. La princesa aceptó, y dedicó el siguiente mes a entrenar y aprender todo lo que pudiera de los dragones. Aprendió a luchar, a volar, y a entender el lenguaje de los dragones.

Cuando llegó el día del gran enfrentamiento, la princesa estaba nerviosa, pero lista para lanzarse en la batalla. Armada con su espada y su escudo, estaba decidida a vencer al dragón oscuro. Los dragones del reino la acompañaron en su travesía, y aunque la princesa estaba asustada por dentro, se sintió valiente por el apoyo que tenía a su alrededor.

Finalmente, llegaron al territorio del dragón oscuro, y lo encontraron dormido en su guarida. Se acercaron lentamente, y cuando el dragón despertó, comenzó a atacarlos sin piedad. La princesa se mantuvo firme, y con su espada logró herir y debilitar al dragón. Con un poderoso rugido, el dragón oscuro cayó al suelo, mientras la princesa celebraba junto a los demás dragones.

A partir de ese día, la princesa Isabella se convirtió oficialmente en miembro del reino de los dragones, y durante muchos años viajó al reino secreto para visitar a sus queridos amigos. Y aunque nunca se sintió sola de nuevo, siempre recordó con cariño el momento en que conoció a Drake y a los dragones, y aprendió lo importante que es creer en uno mismo y enfrentar el miedo para conseguir grandes cosas.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
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