La princesa y el collar de perlas

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La princesa y el collar de perlas
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La princesa y el collar de perlas. Érase una vez en un reino muy lejano, vivía la princesa Lucía. Lucía era una princesa muy hermosa, con cabello rubio brillante y ojos azules como el cielo. A pesar de ser muy bella, Lucía no era una princesa orgullosa ni arrogante. Ella era amable y considerada, tenía un gran corazón y siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás.

Un día, mientras paseaba por los jardines del palacio, la princesa encontró un pequeño collar de perlas en el suelo. El collar era hermoso, las perlas eran brillantes y relucientes, y estaba adornado con pequeñas piedras preciosas. Lucía supo al instante que este collar debía pertenecer a alguien muy importante.

La princesa preguntó a todos los trabajadores del palacio si alguien había perdido un collar de perlas, pero nadie parecía haberlo perdido. Lucía no sabía qué hacer, así que decidió buscar en todo el reino al dueño del collar perdido.

Lucía comenzó a recorrer las aldeas y ciudades del reino, preguntando a cada persona si había perdido un collar de perlas. Pero nadie había perdido un collar tan hermoso y valioso. Frustrada y decepcionada, la princesa decidió regresar al palacio y buscar otra forma de encontrar al dueño del collar.

Al llegar al palacio, Lucía se encontró con una anciana mendiga llamada Edna. La anciana era muy sabia, y Lucía recordaba haberla visto aquí y allá en el reino ayudando a los más necesitados. La princesa decidió preguntar a Edna si conocía a alguien que fuese el dueño del collar.

Edna tomó el collar y lo miró fijamente. Después de unos minutos de profunda reflexión, la anciana dijo: «lamentablemente, este collar no tiene dueño. Fue hecho con perlas mágicas que sólo aparecen una vez en cada siglo, sólo aquellos con corazón puro pueden encontrar el collar y luego ser sus dueños.»

Lucía no podía creer lo que estaba escuchando. Un collar de perlas mágico, ¡qué increíble! Pero como una verdadera princesa, ella sabía lo importante que era la magia. Decidió llevar el collar de perlas mágicas de vuelta al palacio y guardarlo en el joyero real.

Los días y las semanas pasaron, y la princesa continuó gobernando su reino. Sin embargo, a pesar de todo, un extraño cambio comenzó a producirse en Lucía. Comenzó a sentirse más fuerte, más confiada e incluso más valiente. Pensó en todas las veces en que había ayudado a los necesitados y se sintió más orgullosa de sí misma.

Un día, mientras paseaba por la aldea cercana, la princesa encontró un grupo de niños pequeños jugando. Los niños eran pobres, y parecían no tener juguetes. Lucía decidió comprarles dulces y zumo para que pudieran disfrutar mientras jugaban.

Mientras que entregaba las bolsas llenas de dulces, uno de los niños vio el collar de perlas mágicas dentro del bolso de la princesa. El niño gritó, «¡Mira, mira! ¡La princesa tiene un collar de perlas mágico!».

Lucía trató de explicar que el collar no le pertenecía, pero los niños simplemente no podían creer lo que veían. El hecho de que la princesa poseyera un collar de perlas mágico les hizo creer que ella era la persona más increíble del mundo.

A medida que las semanas seguían, más personas comenzaron a darse cuenta del cambio en la princesa. La gente del reino la veía cada día más fuerte y valiente, y la respetaban incluso más. Lucía no estaba segura de lo que estaba pasando, pero de alguna manera el collar de perlas mágico parecía tener un efecto sobre ella.

Finalmente, la princesa decidió que debía devolver el collar. Sabía que era mágico, y que debía pertenecer a alguien que lo necesitara más que ella. Reunió a toda la gente del reino y preguntó si alguien había perdido un collar de perlas, pero nadie lo había perdido.

La princesa decidió llevar el collar de perlas mágicas a la anciana Edna. Edna examinó el collar de perlas mágicas con detenimiento, y luego dijo: «Este collar ha encontrado su dueño. Tú lo has hecho tuyo, y ahora está hecho para ti para siempre».

Desde ese día, Lucía se convirtió en una mejor versión de sí misma. Continuó ayudando a los más necesitados en todo el reino, y deslumbró a todos con su corazón valiente y magia interior. Todo esto gracias al collar de perlas mágico que poseía. Desde entonces, el collar de perlas mágicas se convirtió en un símbolo de la generosidad y la bondad de la princesa Lucía. Y el pueblo del reino recordaría su valor por siempre.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
La princesa y el collar de perlas
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