La princesa y el cisne negro

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La princesa y el cisne negro
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La princesa y el cisne negro. Érase una vez una hermosa princesa llamada Aurora que vivía en un gran castillo rodeado de praderas y bosques. Aurora era una princesa alegre y divertida, pero sobre todo, era valiente y soñadora.

Un día, mientras paseaba por el bosque, la princesa encontró un pequeño lago y decidió refrescarse. Pero cuando se acercó al agua, un cisne negro emergió de las profundidades y la miró fijamente.

Aurora se asustó un poco, pero no tenía miedo de los animales y, con cautela, se acercó al cisne. El cisne negó con la cabeza y salió lentamente del agua. Entonces la princesa se dio cuenta de que la criatura tenía un ala herida y que no podía volar.

La princesa, con todo su corazón bondadoso, agarró al cisne entre sus brazos y volvió al castillo. Allí, curó sus heridas y le dio de comer. Para su sorpresa, el cisne negó con la cabeza y pareció sonreírle.

Días después, Aurora se despertó temprano y se asomó por la ventana del castillo. Mirando el lago, vio que el cisne estaba frente a la puerta de entrada del castillo. Pensando que tal vez necesitaba algo, la princesa fue a verlo.

Pero, cuando llegó al cisne, se sorprendió al ver que se había transformado en un príncipe joven y guapo. El príncipe le dijo a Aurora que había sido maldecido por una bruja y que solo alguien con un corazón puro como el de ella podía romper el hechizo.

La princesa se enamoró instantáneamente del joven príncipe y juntos pasaron los días enamorados. Pero un día la princesa estaba caminando por el bosque cuando escuchó un grito. Se dio la vuelta y vio un pájaro atrapado en una rama.

Aurora, sin pensarlo dos veces, liberó al pájaro y lo dejó volar. Pero cuando se volteó para irse, se dio cuenta de que no era un pájaro ordinario sino que era la bruja que había maldecido al príncipe. La bruja rió y desapareció en el bosque.

La princesa temblaba de miedo y pensó que la bruja podría haber vuelto a maldecir al príncipe. Decidió regresar al castillo, pero fue abordada por la sombra del cisne negro. Él parecía estar enojado y acusó a la princesa de ser una mentirosa.

Aurora estaba confundida y asustada y se defendió, le declaró al cisne que ella era un corazón puro, pero el cisne tenía su corazón en su mano y estaba negro como el hollín. Aurora finalmente se dio cuenta de que esa había sido otra maldición de la bruja, manipulando a su amado haciéndole creer lo peor de ella. En ese instante, una sola gran lágrima cayó del ojo de Aurora, el cisne vio en los ojos de la princesa la pureza de su alma.

El hechizo se rompió y el príncipe pareció renacer. Agradecido, le propuso matrimonio a la princesa Aurora. La princesa aceptó y se convirtieron en el matrimonio más feliz que cualquier persona podría desear.

Después de la boda, la bruja apareció una vez más y envió un rayo que golpeó al príncipe y lo convirtió en ceniza. Aurora no pudo soportar la pérdida del amor de su vida y una vez más, rasgada por el dolor, dejó caer una lágrima que cayó sobre las cenizas. Y de la nada, una flor brotó del suelo, y el sol brilló, y Aurora sintió en su corazón que su amado regresaría.

La flor se transformó en una tortuga pequeña que se arrastró hacia ella. De repente, la tortuga se transformó en el príncipe, más glorioso que nunca. La bruja se había quitado la vida y su maldición solo podía durar tres días. Entonces Aurora, con lágrimas de felicidad, besó a su príncipe y juntos vivieron felices para siempre.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
La princesa y el cisne negro
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