La princesa y el bosque de los sueños

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La princesa y el bosque de los sueños
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La princesa y el bosque de los sueños. Érase una vez una princesa llamada Sofía a quien le encantaba jugar en el bosque de los sueños. Este bosque era mágico, pues allí los animales hablaban, los árboles cantaban y los ríos brillaban como diamantes.

Sofía pasaba horas jugando en el bosque con sus amigas las hadas y las mariposas. Pero un día, algo extraño sucedió en el bosque. Los árboles dejaron de cantar, los animales se escondían y el río dejó de brillar. La princesa sabía que algo andaba mal.

Decidió buscar ayuda y preguntó a todas las criaturas del bosque si sabían qué estaba sucediendo. Los pájaros le dijeron que habían visto una sombra oscura que había entrado en el bosque. Los ciervos le dijeron que habían sentido un viento frío que los había asustado. Las hadas, por su parte, sentían que alguien había robado sus varitas mágicas.

La princesa se preocupó, pero no perdió la esperanza. Decidió buscar al mago más sabio del reino, quien le había enseñado a ella todos los encantamientos que conocía.

Después de mucho buscar, la princesa llegó al castillo del mago. El mago estaba encerrado en su torre, escribiendo en un enorme libro. La princesa le contó lo que estaba sucediendo en el bosque, y el sabio mago decidió ayudarla.

«Para recuperar la magia del bosque», dijo el mago, «tendremos que buscar el origen del problema». Y así, la princesa y el mago se pusieron en camino hacia el bosque.

Caminaron durante horas, hasta que llegaron a un lugar que parecía estar en la oscuridad. Allí encontraron a una malvada hechicera que había robado la varita mágica de las hadas y la estaba usando para crear sombras y hacer desaparecer la magia del bosque.

La princesa y el mago lucharon contra la hechicera, pero esta logró escapar. La princesa encontró la varita mágica de las hadas y se la devolvió. La varita devolvió el brillo y la alegría al bosque, haciéndolo brillar con luz propia.

Los animales volvieron a salir de sus escondites y a jugar en el bosque, los pájaros volvieron a cantar y las mariposas volvieron a revolotear en el aire. El río volvió a brillar como un diamante y los árboles volvieron a cantar canciones dulces.

La princesa y el mago regresaron al castillo, donde fueron recibidos como héroes. La princesa se dio cuenta de que, aunque era valiente y brillante, siempre debía buscar ayuda cuando se sentía sola o necesitaba ayuda para superar un problema.

Desde entonces, la princesa Sofía y el mago sabio se hicieron amigos y trabajaron juntos para hacer que el bosque de los sueños siguiera siendo un lugar mágico y lleno de aventura para que todos los niños y niñas pudieran disfrutarlo para siempre. Y así, la princesa y el mago se convirtieron en los guardianes del bosque de los sueños, asegurándose de que siempre hubiera luz y esperanza en el corazón de todos los que lo visitaran.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
La princesa y el bosque de los sueños
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