La princesa y el arco iris

Tiempo de lectura: 4 minutos

La princesa y el arco iris
¿PREFIERES UN AUDIOCUENTO?

Si prefieres, puedes escuchar el cuento mientras haces otras tareas

La princesa y el arco iris. Érase una vez una princesa llamada Lucía, quien vivía en un hermoso castillo rodeado de jardines y flores de colores en cada esquina. La princesa era muy feliz en su hogar, pero siempre sintió que algo le faltaba. A menudo, salía a pasear por los jardines en busca de cosas nuevas e interesantes para hacer.

Un día, mientras exploraba el jardín, se encontró con un arcoíris en el cielo. La princesa estaba fascinada con su belleza y sus colores vibrantes. Sin embargo, se preguntó cómo era posible que un arcoíris haya aparecido en un día sin lluvia.

Decidió investigar, así que salió del castillo en busca del final del arcoíris. Caminó durante horas atravesando bosques, ríos y montañas. La princesa llegó a un claro en el bosque, y allí encontró el final del arcoíris.

El final del arcoíris estaba protegido por un unicornio blanco con una melena y un cuerno dorados. La princesa estaba un poco asustada al principio, pero el unicornio le habló dulcemente y le aseguró que no había nada que temer.

El unicornio le dijo a la princesa que el arcoíris era un regalo de la naturaleza, pero que a veces se desvanecía antes de tiempo. Este día, el arcoíris era más frágil que nunca y necesitaba la ayuda de la princesa para seguir brillando.

La princesa se ofreció a ayudar de cualquier manera que pudiera. El unicornio le dijo que la única forma de salvar el arcoíris era encontrar el corazón de una persona pura de corazón que pudiera amar y proteger el arcoíris con todo su corazón.

Lucía se sorprendió, ya que nunca había oído hablar de algo así antes. Pero estaba decidida a proteger el arcoíris, por lo que aceptó la misión. Regresó al castillo y se puso en busca de la persona adecuada para ayudarla a salvar el arcoíris.

Buscó en cada rincón del castillo, preguntó a todas las personas que encontraba, pero no pudo encontrar a nadie lo suficientemente pura de corazón para cumplir la tarea. Se sintió muy desesperada y abrumada porque no sabía cómo ayudar al arcoíris.

Fue entonces cuando se dio cuenta de que ella misma era una persona pura de corazón. Esperanzada, corrió de vuelta a la casa del unicornio y le contó lo que había descubierto.

El unicornio le explicó entonces que amar y proteger el arcoíris no era algo que se pudiera hacer en un momento, sino que requería de la constancia y dedicación. La princesa aceptó el desafío y se arrodilló ante el unicornio para jurar su sacrificio.

Desde aquel día, la princesa Lucía no solo amaba el arcoíris, sino que también lo cuidaba, sóñala en las noches, lo abrazaba en las tardes, lo protegía en los días de lluvias. Y, gracias a su amor y dedicación, el arcoíris brilló más fuerte que nunca antes.

Con el tiempo, la princesa creció y se convirtió en la reina más amada de su reino. Pero nunca olvidó su promesa y continuó amando y cuidando al arcoíris hasta el día en que partió de este mundo.

Desde entonces, el arcoíris nunca más desaparecería mientras la princesa Lucía y su amor acompañen a la naturaleza. Su reinado trajo felicidad y prosperidad, y en sus jardines y praderas, siempre se ven arcoíris tras arcoíris, ya que las palabras de la princesa se convirtieron en el legado de su amor.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
La princesa y el arco iris
¿Te ha gustado «La princesa y el arco iris»?
¡Compártelo con tus amigos!
Facebook
Twitter
Pinterest
WhatsApp
Email
Imprimir