La Perrita del Palacio de las Nubes

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La Perrita del Palacio de las Nubes
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La Perrita del Palacio de las Nubes. Érase una vez, en el palacio de las nubes, una perrita muy especial. Ella era la encargada de cuidar y proteger el palacio de todas las amenazas externas.

La Perrita del Palacio de las Nubes, como le llamaban los habitantes del palacio, era muy admirada y querida por todos ellos. Era muy valiente y siempre estaba lista para protegerlos sin importar el peligro que se presentara.

Un día, llegó al palacio un visitante inesperado. Era un pájaro muy elegante, con un plumaje de varios colores, que se presentó como el mensajero del reino de las profundidades. Él venía con una petición urgente para la Perrita del Palacio de las Nubes.

– Perrita, he venido con un mensaje muy importante del reino de las profundidades. Ellos necesitan de tu ayuda para proteger su hogar de las amenazas de un malvado personaje que ha estado robando sus tesoros.

– Claro que ayudaré, pero ¿cómo podemos llegar al reino de las profundidades? – preguntó la Perrita del Palacio de las Nubes.

– Sólo hace falta que te sumerjas en el río del jardín del palacio, y al llegar al fondo encontrarás un portal secreto que te llevará al reino de las profundidades – respondió el mensajero del reino.

La Perrita del Palacio de las Nubes no dudó ni un segundo. Sabía que tenía que ayudar a sus amigos del reino de las profundidades, así que se sumergió en el río del jardín del palacio y buscó el portal secreto.

Después de nadar durante un rato, encontró el portal y se adentró en él. Cuando salió del otro lado, se encontró en un lugar muy diferente. Era el reino de las profundidades, un lugar mágico y lleno de vida marina.

A su llegada, fue recibida por un grupo de habitantes del reino que le explicaron la situación y le mostraron la cueva donde se encontraba el malvado personaje que estaba robando los tesoros.

La Perrita del Palacio de las Nubes se deslizó por la cueva con sigilo, evitando hacer ruido para no ser descubierta. Finalmente, logró llegar al lugar donde estaba el ladrón.

Era un pulpo muy grande y malvado que tenía un enorme cofre de tesoros a su lado. La Perrita del Palacio de las Nubes sabía que tenía que actuar rápidamente para recuperar los objetos robados y vencer al malvado pulpo.

Así que, mientras el pulpo estaba distraído contando sus tesoros, la perrita se acercó a él y comenzó a ladrar con todas sus fuerzas, haciendo eco en la cueva.

El pulpo se asustó y comenzó a huir, pero la perrita no le dejó escapar. Corrió detrás de él y logró atraparlo gracias a su rapidez y astucia.

Una vez que el malvado pulpo estaba capturado, la Perrita del Palacio de las Nubes recuperó los objetos robados y los devolvió a sus dueños del reino de las profundidades. Todos los habitantes del lugar se pusieron muy contentos y agradecidos con ella.

– Gracias, Perrita del Palacio de las Nubes, por salvar nuestros tesoros y proteger nuestro hogar – dijo el rey del reino de las profundidades-. Eres una heroína muy valiente y lealtad.

La Perrita del Palacio de las Nubes se sonrojó y bajó la cabeza, agradecida por las palabras del rey. Sabía que su deber era proteger a todos los habitantes de los peligros y ayudar siempre que fuera necesario. Y eso fue lo que hizo aquél día, demostrando su valor y lealtad.

Después de algún tiempo, la Perrita del Palacio de las Nubes regresó al palacio de las nubes, donde fue recibida con las patas abiertas por todos sus amigos, quienes estaban ansiosos por saber detalles de su aventura. Les contó cómo había ayudado a los habitantes del reino de las profundidades y cómo había logrado vencer al malvado pulpo.

A partir de ese momento, la Perrita del Palacio de las nubes se convirtió en una leyenda dentro de su comunidad. Todos la admiraban y respetaban por su valentía y lealtad, y ninguno dudaba de que ella sería capaz de vencer cualquier enemigo que se presentara.

Y así, la Perrita del Palacio de las Nubes vivió feliz el resto de su vida, siempre lista para proteger y ayudar a todos sus amigos del palacio y del reino de las profundidades.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
La Perrita del Palacio de las Nubes
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