La luna del unicornio. Érase una vez un reino encantado donde vivían los unicornios más hermosos del mundo. En este reino, la luna era el objeto más preciado de todos, ya que era el símbolo de la magia que dominaba en todo el lugar. Los unicornios se reunían todas las noches bajo la luz de la luna para bailar y cantar en una gran celebración de la vida. Pero una noche, algo extraño sucedió. La luna había desaparecido sin dejar rastro. Los unicornios no podían entender cómo había desaparecido la luna. Y así, comenzó la búsqueda de la luna perdida.
Durante días, los unicornios buscaron pistas en todo el reino encantado. Incluso preguntaron a los animales más sabios, de los pájaros a los murciélagos, pero nadie parecía saber dónde estaba la luna. Los unicornios estaban preocupados por el destino de su mundo mágico y triste porque ya no podían disfrutar de sus fiestas bajo la luz de la luna. Mientras tanto, la oscuridad empezaba a cubrir la tierra. El sol estaba cansado de brillar sin rendir homenaje a su pareja, la luna.
Un día, mientras volaba en busca de la luna perdida, un rayo de luz dorada brilló en la distancia. Siguieron la luz dorada y la luna reapareció. Todavía no sabían cómo había desaparecido ni cómo había vuelto. Pero los unicornios estaban tan emocionados de ver la luna que comenzaron a celebrar por todo lo alto en aquel momento. Comenzaron a cantar y danzar, y el mundo parecía que volvía a brillar como antes. La luna había regresado y todo parecía que volvería a ser normal.
Sin embargo, cuando la luna subió por completo en el cielo, los unicornios se dieron cuenta de algo extraño. La luna parecía diferente a como solía ser. Su luz no era tan brillante como antes, y su reflejo en el agua era borroso. Los unicornios se preguntaron si la luna había sido dañada y tenía algún daño permanente. No sabían qué hacer.
Pero uno de los unicornios más ancianos del reino tenía una idea. El anciano unicornio sugirió que podrían hacer algo para ayudar a la luna recuperar su antiguo esplendor. Convocó a todos los demás unicornios a su alrededor y les pidió que le ayudaran a recopilar todas las estrellas del cielo. Los unicornios más jóvenes, emocionados por hacer algo para ayudar a la luna, trabajaron juntos para recolectar todas las estrellas y las llevaron al anciano unicornio.
Entonces los unicornios se situaron en forma de círculo a su alrededor. El anciano unicornio levantó su magia y tomó una de las estrellas que brillaban como el sol. Levantando la estrella hacia la luna, la dejó ir. La estrella se despidió a través del cielo, creando un rastro de luz en su camino.
Uno a uno, todos los unicornios hicieron lo mismo. Era una tarea que ponía a prueba las habilidades de los unicornios. Sin embargo, su paciencia, su esfuerzo y su dedicación consiguieron que todas las estrellas pudieran ser lanzadas a la luna. Entonces, la luna comenzó a brillar de forma diferente, esta vez más fuerte y más brillante que nunca. La luna había recuperado su belleza, gracias a la ayuda de los unicornios.
Desde entonces, los unicornios han continuado sus fiestas bajo la luz de la luna, pero se han tomado la tarea de lanzar una estrella al cielo cada noche antes de comenzar su celebración. De esa forma, aseguran que la luna sigue brillando y que nunca vuelva a desvanecerse. Y así, la magia del reino encantado continúa brillando gracias a la labor de los unicornios.
