La leyenda de la empatía

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La leyenda de la empatía
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La leyenda de la empatía. Érase una vez, en un bosque mágico lleno de seres extraordinarios y criaturas mágicas, existía una leyenda que hablaba de la empatía. La empatía era una cualidad que permitía a los seres de ese lugar, ponerse en el lugar de otros seres, entender sus emociones, sentir sus alegrías y tristezas y actuar en consecuencia. Es decir, era una leyenda que hablaba del respeto por la diversidad.

En ese mágico bosque, vivían animales de todo tipo, cada uno de ellos diferente en su forma, en su estilo de vida, en su color y en sus habilidades. Había ardillas saltarinas, osos perezosos, ciervos veloces, zorros astutos y muchos más. Todos ellos coexistían en ese lugar, disfrutando de las bondades del bosque y ayudándose mutuamente.

Sin embargo, aunque ellos se llevaban muy bien entre sí, frecuentemente recibían visitas de personas que no eran del bosque. Unas veces, eran niños y niñas que deseaban jugar con ellos, y otras, eran adultos que buscaban recolectar plantas y frutos del bosque. Pero, aunque algunos visitantes parecían inofensivos, otros no daban muestras de respeto por la diversidad y por la vida en el bosque.

Cierto día, llegó un cazador que buscaba conseguir piel para sus abrigos. Todo el bosque se alarmó ante la presencia del cazador, puesto que ellos conocían su pasado sangriento. El cazador siempre había sido una persona despiadada, sin importarle el dolor y sufrimiento que causaba a los pobladores del bosque con su actividad.

Los animales comprendieron que necesitaban trabajar todos juntos para detener el proyecto del cazador. Lamentablemente, muchos de ellos nunca se habían visto como amigos o aliados, y este era el momento para dejar de lado sus diferencias y unirse para hacer frente a la amenaza del cazador y, de ese modo, promover la inclusión y el respeto por la diversidad.

La sardina, la zorra y el búho son los primeros en llegar al lugar donde el cazador comenzó su cacería. Habían decidido observarlo cuidadosamente para saber cómo actuar.

Después de un rato de espera, el cazador se detiene en un claro y comienza a caminar por diferentes áreas. Con la intención de distraerle, la sardina saltó hacia su frente, sacudiendo parte del terreno. El cazador contuvo el aire por la sorpresa, mientras que la zorra tomó su rifle y alejó la munición que se encontraba cerca de él. Entretanto, el búho se colocó sobre un árbol para vigilar las acciones del cazador.

Mientras tanto, el grupo de animales que apoyaría a la causa, se fue agrupando poco a poco, cada animal ofreciendo sus habilidades y conocimientos para ayudar en la empresa. La lechuza se encargaría de mantener vigilancia sobre el equipo del cazador y de alejar a los intrusos; mientras, el tigrillo montaría una trampa digna para atrapar al cazador, y la mangosta sentaría la estrategia para que los animales fuesen aliándose, estableciendo una sólida unión.

La empatía y el entendimiento que cada animal tenía por el otro, permitía que todos trabajaran juntos y sin problemas, a pesar de sus diferencias y habilidades únicas. Pudieron unir sus fuerzas para evitar que el cazador causara más dolor y sufrimiento en el bosque.

El cazador, cada vez más desesperado, buscaba la manera de encontrar su presa, pero ahora no le estaba resultando tan fácil como antes. Los animales, por otro lado, habían aprendido a valorar y respetar sus diferencias, y descubrieron en sí mismos habilidades y fortalezas que, de otra manera, nunca habrían conocido.

Finalmente, después de muchas horas de fuerza, ingenio y habilidad, el equipo logró atrapar al cazador. Gracias al trabajo en equipo y con la ayuda de la policía de animales, se logró hacer justicia y proteger las ruinas del bosque de ese tipo de amenaza.

Los animales celebraron juntos bajo la luz de la luna, unidos por el respeto, el amor y la empatía. La leyenda de la empatía se había vuelto a manifestar en el bosque, dejando una huella imborrable en la memoria de cada individuo. Desde aquel momento, cada uno de los animales reconoció que la inclusión y el respeto por la diversidad, podían evitar sucesos desagradables, y, que con ese marco, las relaciones humanas pueden ser mucho mejores y prósperas.

De ese modo, la leyenda de la empatía se convirtió en un símbolo del valor de la inclusión y un recordatorio de lo importante que es valorar las diferencias en nuestras relaciones sociales. Cada vez que una persona visitaba el bosque, los animales contaban la historia de su lucha contra el cazador y cómo habían logrado salir victoriosos gracias al trabajo en equipo y la empatía.

Nunca más el bosque volvería a ser acosado por cazadores o por personas que no respeten la vida y la diversidad. Los animales habían aprendido a trabajar juntos, valorando sus particularidades y sus diferentes habilidades. Y así se mantuvo la paz y la unidad en el bosque mágico, promoviendo la inclusión y el respeto por la diversidad. La leyenda de la empatía había demostrado que, juntos, todos podían superar los obstáculos que se precipitaban en su camino, promoviendo la justicia, la igualdad de género, racial, social y cultural.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
La leyenda de la empatía
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