La isla del esqueleto. Érase una vez una pequeña isla en medio del océano, conocida como «La isla del esqueleto». Era un lugar misterioso y aterrador, y se decía que estaba habitado por fantasmales criaturas. Nadie sabía con certeza cómo había llegado a existir esa isla, pero muchos creían que estaba maldita y que nadie que la visitaba regresaba jamás.
Un día, un grupo de amigos valientes y aventureros decidieron desafiar los mitos y leyendas y explorar la misteriosa isla. Había cinco en total: Tomás, Pablo, Ana, Marta y Lucas. Equipados con provisiones, mapas y linternas, se embarcaron en una pequeña embarcación y comenzaron su aventura.
El viaje en barco fue difícil y peligroso debido a las fuertes corrientes y los vientos, pero finalmente llegaron a su destino. A medida que se acercaban a la isla, comenzaron a notar algo extraño en el aire, una sensación perturbadora que parecía indicar que algo no estaba bien.
Cuando el barco finalmente atracó en la playa, los amigos comenzaron su exploración. La isla estaba cubierta de espesos bosques, altas montañas y cuevas oscuras. No se veía nadie, ni siquiera animales. La naturaleza parecía haberse extinguido en aquel lugar.
Mientras exploraban, los amigos comenzaron a notar que las historias sobre la isla del esqueleto eran ciertas. En todas partes encontraban huesos, cráneos y esqueletos de humanos y animales, algunos recientes y otros muy antiguos. Los huesos parecían ser la única forma de vida en la isla.
Pero lo que más les llamó la atención fue una enorme cueva en el centro de la isla, a la que se accedía por una escalera de piedra esculpida en la roca. Al bajar por la escalera, los amigos comenzaron a sentir una presencia oscura y maligna que sólo parecía estar presente en la cueva. Se oía un suave susurro que los asustaba aún más.
Al llegar al fondo de la cueva, los amigos descubrieron algo inesperado. En el suelo había una trampilla cerrada con una cerradura antigua, pero por alguna razón, no podían apartar la mirada de la trampilla. Finalmente, después de discutirlo, decidieron abrir la cerradura juntos.
Al hacerlo, se abrió una cámara secreta en la que se encontraba una calavera enorme y extraña, que no parecía pertenecer a ninguna criatura conocida. La cabeza tenía una joya incrustada en la frente, y en la pared había una inscripción escrita en un idioma desconocido.
Comenzaron a explorar la cámara y encontraron muchos artículos extraños, cada uno con su misterio. Después de un rato, la presencia oscura que parecía estar en la cueva comenzó a intensificarse. El suave susurro se transformó en una risa espeluznante que resonaba en la habitación.
De repente, la calavera comenzó a emitir una luz roja brillante, y se cruzaron en el camino de un ejército de esqueletos vivientes. Los amigos, que ya estaban asustados, lucharon valientemente contra los esqueletos, pero parecían inmortales. Finalmente, se dieron cuenta de que la joya de la calavera les daba vida eterna.
Los amigos sólo tenían una salida: escapar de la isla. Comenzaron a correr hacia la playa, pero los esqueletos los acompañaban. Al llegar a la barca que los había llevado, se dieron cuenta de que habían dejado las provisiones en la cueva. Finalmente, la lucha por sobrevivir fue tan grande que perdieron el sentido de todo lo demás.
Cuando estaban a punto de ser ingresados en el bote, la presencia oscura los alcanzó. Una de las manos de los esqueletos ragdolls agarraba el anzuelo del bote y comenzó a halar hacia atrás, en un intento de atraparlos y retenerlos en la isla del esqueleto. Pero los amigos, con su ingenio y valor, consiguieron zafarse y cortar la cuerda que los ataba. Con la barca libre, comenzaron a remar con todas sus fuerzas para alejarse de la isla.
Finalmente, cuando la isla del esqueleto estaba a la vista, la luz de la joya desapareció y los amigos se dieron cuenta de que los esqueletos habían desaparecido. Lamentablemente, habían perdido todas sus provisiones, pero estaban agradecidos de estar vivos y de regresar al mundo de los vivos.
Después de una larga y ardua batalla, los amigos aprendieron que las leyendas nunca son sólo leyendas. La isla del esqueleto era, efectivamente, un lugar maldito y peligroso, y ninguna persona cuerda debería intentar visitarla. Pero, sin embargo, ellos habían regresado de la isla del esqueleto, y esta experiencia nunca sería borrada de sus memorias.