La hormiga y el ciempiés. Érase una vez una hormiga llamada Carola, quien trabajaba sin descansar en su pequeño hormiguero. Ella era muy dependiente de su comunidad y se esforzaba por llevar su pequeña contribución todos los días. La hormiga Carola era conocida por su excelente trabajo y todos los demás habitantes le tenían un gran respecto.
Sin embargo, un día, la hormiga Carola observó a un ciempiés llamado Calixto que estaba en la entrada de su edificio. Para su asombro, descubrió que él se había quedado fuera y no tenía un lugar donde vivir. A pesar de su frenético trabajo diario, la hormiga Carola decidió que no podía dejarle ahí solo en la calle.
Así que, ella salió y se presentó al ciempiés Calixto. “Hola, soy Carola”, dijo la hormiga en tono amistoso. “Noté que estás aquí afuera y no tienes un lugar para quedarte, ¿necesitas algo de ayuda?”
El ciempiés Calixto se sorprendió al principio ya que era la primera vez que hablaba con una hormiga. “Sí, en realidad me he quedado sin hogar”, respondió Calixto. “Parece que todos los demás tienen sus propias casas, pero yo he perdido la mía”.
Entonces, Carola se ofreció amablemente a ayudar a Calixto a encontrar un lugar donde vivir. “¡No te preocupes! Tengo algunas amigas que te podrían ayudar”, dijo Carola, mientras le ofrecía su mano para caminar.
La hormiga Carola, siendo altamente organizada y responsable, comenzó a buscar un lugar confiable para que Calixto pudiera vivir. Pidió ayuda a algunos de sus amigos en el otro sistema de hormigueros cercanos. Se reunió con ellas y les explicó la situación. También habló con el Comité de Emergencias del hormiguero para conseguir un lugar seguro para el ciempiés Calixto. Todos estuvieron de acuerdo en ayudar, pero no sabían cómo lo harían.
A pesar de ello, la hormiga Carola tenía fe en que podrían encontrar una solución. Así, volvió con Calixto y lo presentó a todos sus amigos. Todos quedaron sorprendidos al descubrir que un ciempiés había encontrado el camino hacia su hormiguero. Pero a pesar de todas las sorpresas, estaban decididos a encontrar una solución.
Empezaron a construir una casa personalizada para Calixto, donde él se sentiría seguro y en casa. Le pidieron que les ayudara en la construcción, lo cual, para su sorpresa, dio lugar a una amistad inusual. La hormiga Carola y Calixto se volvieron inseparables. Desde entonces, la hormiga y el ciempiés paseaban cada día juntos y compartían todo lo que necesitaba:
“Es sorprendente cómo una pequeña hormiga pudo mostrarme tanto amor y amistad. Soy afortunado de tenerla como mi amiga”, comentó el ciempiés Calixto.
Mientras tanto, el resto de la comunidad también habían aceptado a Calixto en su hogar y los adultos y niños habían encontrado una manera de coexistir en armonía. La amistad entre la hormiga Carola y el ciempiés Calixto se hizo tan fuerte que pronto se hizo famosa en el hormiguero.
Carola y Calixto siempre intentaban hacer lo mejor el uno por el otro y a menudo se ayudaban sin preguntar en ninguna ocasión. Todos los demás habitantes del hormiguero tomaron nota de su amistad y se inspiraron en ella. Todos comprendieron que la diversidad de sus vidas podía ser un verdadero regalo cuando se compartía entre ellos.
Desde entonces, no había una tarea en el hormiguero que no contara con la ayuda de Carola y Calixto. La amistad entre ellos se había vuelto esencial para la vida diaria de todo el hormiguero. Los niños y adultos aprendieron que, aunque las personas fueran diferentes, siempre había algo en común que los unía y los hacía amigos.
Así fue como la hormiga Carola y el ciempiés Calixto se convirtieron en los ejemplos perfectos de amistad y empatía que todos los demás habitantes del hormiguero siguieron. Su amistad difundió amor y armonía. Ahora todos los habitantes del hormiguero viven juntos en paz y armonía.
En resumen, las diferencias están destinadas a existir en nuestras vidas, pero esto no significa que estas sean negativas. En realidad, son las diferencias las que establecen la verdadera esencia de la vida y la amistad. Al ser diferentes, aprendemos a apreciar las perspectivas divergentes sobre la vida, y juntos, descubrimos una manera mejor de ver el mundo que nos rodea. Así sigue funcionando nuestro mundo, día tras día, gracias a las amistades sólidas y duraderas como la de Carola y Calixto.