La fiesta del unicornio en la luna llena. Érase una vez una hermosa princesa que vivía en un castillo gigantesco. Ella tenía todo lo que una persona podía desear: riqueza, ropa fabulosa, un reino enorme para gobernar y un príncipe muy guapo. Sin embargo, a pesar de tener todo, la princesa anhelaba algo más. Soñaba todos los días con algo mágico y misterioso que solo existía en cuentos de hadas: unicornios.
Una noche, la princesa estaba mirando a través de su ventana cuando vio algo extraño en el cielo. Era una luna llena brillante, pero había algo más. La princesa vio un unicornio volando hacia el castillo. Saltó de emoción de su silla y corrió hacia la puerta para salir y verlo de cerca, pero el unicornio ya había desaparecido.
Al día siguiente, la princesa decidió hablar con su padre, el rey, acerca de su deseo de conocer un unicornio. «¡Pero, hija mía, los unicornios no existen!», le dijo su padre, «son solo una criatura de los cuentos de hadas». Pero la princesa no estaba dispuesta a aceptar que los unicornios no existieran, así que decidió buscar otras opciones.
Buscó y buscó hasta que finalmente encontró a una anciana sabia que vivía al otro lado del bosque. La anciana le dijo que si quería encontrar un unicornio, debía buscar en la luna llena en la fiesta del unicornio en la luna llena. La fiesta tendría lugar en una cueva secreta al otro lado del bosque.
La princesa no esperó ni un segundo más y empezó a prepararse para la fiesta del unicornio. La anciana le dio una capa mágica que la ayudaría a encontrar la cueva secreta. La princesa se puso la capa y empezó su búsqueda.
Después de caminar por horas en el bosque, finalmente la princesa encontró la cueva. Era una fiesta mágica. Había unicornios por todas partes y el aire olía a flores y mariposas. Vio a los unicornios bailando y cantando, y se emocionó tanto que ella misma empezó a bailar y cantar junto a ellos.
De repente, los unicornios se callaron y la fiesta se detuvo. La princesa se preguntó qué estaba pasando, pero entonces vio una criatura desconocida colarse en la cueva. Era un dragón siniestro que quería destruir la fiesta. La princesa sabía que esto no podía ser permitido, así que se acercó al dragón para detenerlo.
La princesa y el dragón se enfrentaron en una épica batalla. Ambos lucharon con todas sus fuerzas. Sin embargo, el dragón era mucho más poderoso que la princesa y estaba a punto de derrotarla. Justo cuando parecía que todo estaba perdido, uno de los unicornios se acercó a la princesa y le dio su cuerno mágico. La princesa tomó el cuerno y lo usó para pelear de nuevo contra el dragón.
De repente, un rayo de luz salió del cuerno y golpeó al dragón, haciéndolo caer al suelo. El dragón se rindió y huyó de la fiesta del unicornio en la luna llena. La princesa había salvado la fiesta y todos los unicornios la aclamaron como su heroína.
Después de la batalla, la princesa se acercó al unicornio que le había dado su cuerno mágico y se lo agradeció por salvarla. El unicornio le dijo que ella era la única digna de tener el cuerno mágico. «Eres fuerte y valiente», dijo el unicornio. «Además, tienes el corazón de un verdadero héroe».
La princesa se emocionó mucho por la conversación con el unicornio y decidió volver al castillo. Cuando llegó a casa, su padre, el rey, estaba sorprendido de verla con un cuerno mágico. La princesa le contó sobre su aventura en la fiesta del unicornio en la luna llena y cómo había luchado contra el dragón.
El rey estaba muy orgulloso de su hija y le dijo que siempre la apoyaría. La princesa se dio cuenta de lo afortunada que era y aprendió que aunque todo pareciera perfecto, siempre había algo más que buscar y que luchar en la vida. Además, siempre podría contar con la magia de los unicornios para ayudarla en sus aventuras.