La fiesta del unicornio en el jardín de las hadas. Érase una vez, en el jardín de las hadas, se preparaba una gran fiesta para celebrar el cumpleaños del unicornio más hermoso de todo el bosque. Las hadas corrían de aquí para allá decorando con flores y cintas de colores cada rincón del jardín, mientras que los gnomos y elfos preparaban la mesas y sillas para recibir a todos los invitados.
Las hadas estaban muy entusiasmadas con la llegada del unicornio, ya que era su mejor amigo y siempre les ayudaba a cuidar del jardín. Pero mientras todavía faltaba una hora para la llegada del invitado de honor, las hadas notaron que algo extraño estaba pasando en el jardín. Las flores ya no lucían tan hermosas, los árboles parecían tener menos hojas y el agua de la fuente que solía ser cristalina estaba turbia. Las hadas no sabían qué hacer, pero estaban seguras de que algo andaba mal.
Luego de buscar una solución, las hadas decidieron buscar a un sabio búho que vivía en un árbol cercano. Él era el único que podía ayudarles y darles consejos sabios para solucionar lo que estaba pasando en el jardín.
El búho, después de escuchar detenidamente el problema, les aconsejó que buscaran una gota de agua pura que viniera del corazón de alguna persona amable y generosa. Las hadas inmediatamente iniciaron su búsqueda, luchando contra los obstáculos que se interponían en su camino. Caminaron por todo el bosque, preguntando a todos los animales si conocían a alguna persona con tales características.
Llegaron a una cabaña en medio del bosque y conocieron a una anciana, la cual les ofreció una taza de té caliente y algo para comer. Las hadas le hablaron de su problema y la anciana prometió ayudarlas de alguna manera. Les sugirió que fueran a buscar a su nieta, quien trabajaba en la ciudad como enfermera y era la persona más amable y generosa que conocía.
Las hadas volaron rápidamente a la ciudad y encontraron a la nieta, que se mostró preocupada por el jardín de las hadas y accedió a ayudarlas sin pensarlo dos veces. La enfermera tomó la taza que llevaba siempre en su bolso y recogió una gota de agua pura del río cercano. Luego de conseguir la gota de agua, las hadas volaron de vuelta al jardín para echar la gota dentro de la fuente.
Tan pronto como la gota de agua tocó el agua turbia, hubo una transformación mágica. Todo empezó a florecer de nuevo y los árboles recuperaron sus hojas verdes. Los rayos del sol iluminaron de nuevo el jardín y la fuente recuperó su claridad cristalina. Las hadas no podían creerlo, estaban felices de haber recuperado la lozanía del jardín antes de la llegada del unicornio.
Finalmente, el unicornio llegó al jardín con una sonrisa en su rostro. Las hadas decoraron el lugar con su mejor trabajo para recibirlo, y el unicornio se sorprendió al ver lo hermoso que lucía el jardín.
Juntos, el unicornio y las hadas jugaron y corrieron por todo el jardín en una tarde llena de alegría y felicidad. Todos los animales del bosque se reunieron para ver la celebración y cantaron felices para el cumpleañero del día.
La fiesta del unicornio fue sin duda una de las más hermosas que se celebraron en el bosque, y las hadas jamás olvidarán el día en que buscaron una gota de agua pura para salvar el jardín. Siempre recordarán el consejo del búho, que les enseñó que la amabilidad y la generosidad son las claves para la felicidad y la vida misma.