La danza del unicornio. Érase una vez en un bosque mágico muy lejano, vivía un hermoso unicornio blanco llamado Cristal. Él era el guardián de los árboles y las flores del bosque, y su tarea era protegerlos de aquellos que querían hacerles daño. Cristal vivía feliz, rodeado de mariposas y hadas, y lo más disfrutaba era bailar bajo la luz de la luna.
Una noche, mientras bailaba bajo la luz de las estrellas, Cristal vio a una hermosa princesa que caminaba por el bosque en busca de algo. La princesa se acercó a Cristal y le preguntó:
– Hola, hermoso unicornio. ¿Podrías ayudarme a encontrar mi collar de diamantes? Lo perdí por aquí y no puedo volver al castillo sin él.
Cristal se ofreció a ayudar a la princesa a encontrar su collar y juntos comenzaron la búsqueda por el bosque oscuro. A pesar de la oscuridad, Cristal se aseguraba de no avanzar demasiado rápido para no asustar a la princesa, también se aseguraba de que ella no se lastimara en los arbustos y rocas del bosque.
Después de buscar por un rato, Cristal finalmente encontró el collar de diamantes de la princesa en el camino que habían recorrido, justo debajo de un helecho. La princesa estaba muy agradecida y le preguntó a Cristal si podía hacer algo para agradecerle.
Cristal le dijo que lo que más disfrutaba era bailar bajo la luz de la luna, pero que a veces se sentía solo. Entonces, la princesa se ofreció a bailar con él y juntos danzaron bajo la luz de la luna. La princesa bailó con gracia y elegancia, y Cristal se sintió muy feliz de tener una nueva amiga.
Desde ese día, la princesa visitaba regularmente a Cristal en el bosque mágico, y juntos bailaban bajo la luz de la luna. Los habitantes del bosque se unían al baile, y era una fiesta llena de magia y alegría. Cristal nunca volvió a sentirse solo, y la princesa encontró en el bosque un nuevo hogar lleno de amigos.
Con el pasar del tiempo, la danza del unicornio se hizo famosa en todo el reino. Las hadas y los duendes vinieron a visitar a Cristal en el bosque para unirse al baile bajo la luz de la luna. Y cada vez que regresaba la princesa, traía una nueva canción o nueva música para que disfrutaran todos juntos.
Después de muchos años, Cristal, ya viejo y sabio, decidió que era hora de encontrar su sucesor. Entonces, convocó a una gran reunión de todos los habitantes del bosque para encontrar al próximo guardián de los árboles y las flores. Cristal eligió a un joven unicornio blanco, que también disfrutaba de la danza bajo la luz de la luna y que estaba dispuesto a proteger y cuidar del bosque mágico.
Durante la ceremonia de traspaso del mando, la princesa le entregó al nuevo guardián de los árboles y las flores, una hermosa corona de flores y una lira dorada. Ella le dijo:
– Te nombro nuevo guardián del bosque mágico en nombre de Cristal. Cuida de él y protégelo con tu vida. Y cuando la luna brille en el cielo, baila al ritmo de su luz, para que todos sepan que este bosque siempre estará lleno de magia y amor.
Desde ese día, el joven unicornio blanco se convirtió en el protector y el guardián del bosque mágico. Y cada noche, bajo la luz de la luna, se puede escuchar la música y el sonido de las risas, cuando los habitantes del bosque se unen a la danza del unicornio.