La casa del cementerio de la locura

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La casa del cementerio de la locura
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La casa del cementerio de la locura. Érase una vez, en un lugar muy especial, una casa muy peculiar. Se encontraba en lo alto de una colina rodeada de árboles y a lo lejos se podía ver un cementerio. La casa era conocida como La Casa del Cementerio de la Locura, y la gente creía que estaba embrujada.

Pero un día, una niña llamada Sofía se acercó a la casa y decidió investigarla. En cuanto entró, se dio cuenta de que estaba llena de cosas maravillosas y mágicas. Había un reloj gigante, una escalera que subía hasta el techo y muchas más cosas que parecían salidas de un cuento de hadas.

Sin embargo, Sofía también notó algo extraño. Parecía que había alguien más en la casa, aunque no veía a nadie. Decidió buscar más y más, explorando cada rincón de la misteriosa casa, hasta que llegó a una habitación muy grande.

En esta habitación Sofía encontró a una mujer mayor sentada en una silla. La mujer parecía muy triste y tenía una expresión muy triste en su rostro. Sofía se acercó a ella y preguntó: “¿Estás bien?”

La mujer suspiró y respondió: “Sí, estoy bien, pero he perdido algo muy valioso para mí. Mi marido construyó esta casa como un regalo para mí, pero un día desapareció sin dejar rastro. Desde entonces, no he vuelto a verlo.”

Sofía sintió mucha compasión por la mujer y decidió ayudarla a encontrar a su marido. Comenzó a buscar en la casa y pronto encontró una habitación secreta detrás de un libro en una estantería. Cuando entró en la habitación secreta, encontró al marido de la mujer.

Estaba sentado en una silla, mirando hacia la ventana con una expresión triste. Sofía se acercó a él y le preguntó qué estaba pasando. El hombre le explicó que se había sentido solo y triste después de la muerte de su mejor amigo y que había decidido esconderse de su esposa para evitar preocuparla.

Sofía convenció al hombre de que volviera con su esposa y juntos regresaron a la habitación donde la mujer estaba esperando sola. Cuando la mujer vio a su marido, no podía creerlo y comenzó a llorar de alegría. La pareja se abrazó y se besó mientras Sofía los observaba.

Finalmente, la mujer le preguntó a Sofía cómo agradecerle por haberlos reunido. Sofía pensó durante un momento y luego respondió: “Me encantaría tener una fiesta aquí en tu casa, pero no cualquier fiesta. Quiero una fiesta de Halloween”

La mujer y su marido sonrieron y aceptaron la propuesta de Sofía. La casa fue decorada de pies a cabeza con calabazas talladas, luces parpadeantes y una enorme tela de araña. Se invitó a toda la ciudad y todos pasaron una noche maravillosa juntos, bailando y riendo junto al espíritu de Halloween.

Desde entonces, Sofía visitaba la casa cada vez que tenía la oportunidad y siempre encontraba algo mágico en ella. La casa ya no era vista como la Casa del Cementerio de la Locura, sino como un lugar lleno de historias y recuerdos. Y así, Sofía vivió muchas aventuras y aprendió que incluso los lugares más embrujados pueden ser maravillosos si les das una oportunidad.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
La casa del cementerio de la locura
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