La calabaza mágica de Halloween. Érase una vez un pequeño pueblo llamado Calabazalandia, donde la celebración de Halloween era el evento más esperado del año. Todos los niños y niñas del pueblo salían a recorrer las casas disfrazados y pidiendo dulces. Además, había un concurso de calabazas talladas donde cada familia del pueblo presentaba su creación para que un jurado las evaluara.
Entre todas las calabazas que se presentaban, había una muy especial. Esta calabaza era diferente a todas las demás, brillaba con una luz mágica y parecía tener vida propia. La calabaza estaba en el jardín de una pequeña casa en el pueblo y era propiedad de un anciano llamado Tito.
Tito era un hombre muy sabio que sabía mucho sobre la naturaleza y las plantas. Un día, mientras trabajaba en su jardín, encontró una semilla muy especial. Se la llevó a su casa y la sembró. Al cabo de unos días, salió una pequeña planta que creció muy rápido hasta convertirse en una gigantesca calabaza.
Tito no sabía que esa calabaza era mágica, pero cada noche, después de la puesta de sol, la calabaza empezaba a moverse y a cambiar de forma. Se convertía en lo que quisiera, y había veces que tomaba la forma de un gato, otras veces de una lámpara, e incluso de un sombrero.
Una noche, mientras la calabaza se encontraba en su forma de lámpara, un grupo de niños de Calabazalandia pasaron por la casa de Tito. Los niños estaban asustados pues habían escuchado un ruido extraño que venía de la casa.
El anciano Tito salió a recibirlos y les contó la historia de su calabaza mágica. Los niños no podían creer lo que escuchaban y le pidieron a Tito que les dejara ver la calabaza en su forma mágica. Tito accedió y les llevó a su jardín donde la calabaza ya había tomado su forma mágica de gato.
Los niños no podían parar de jugar con el gato de la calabaza, y le pidieron a Tito que les dejara llevarse la calabaza para mostrarla en el concurso de calabazas talladas. Tito no estaba muy seguro al principio, pero después de pensarlo un rato, decidió que la calabaza podría traer mucha alegría a los demás niños del pueblo, así que aceptó.
Los niños de Calabazalandia decoraron la calabaza como si se tratara de una calabaza más, pero lo que no sabían, era que esa calabaza mágica encendería la noche de Halloween de una manera nunca antes vista.
Esa noche, cuando el jurado del concurso de calabazas talladas anunció al ganador, todos los niños quedaron asombrados al ver que la calabaza de Tito se había convertido en una lámpara gigante que iluminaba todo el parque donde se realizaba el concurso. Los niños no podían creer lo que veían, pero se alegraron de que la calabaza mágica les hubiera dado una noche tan inolvidable.
Desde ese día, la calabaza mágica de Tito se convirtió en el regalo de Halloween más especial de Calabazalandia. Todos los años, los niños del pueblo se reunían en la casa de Tito para ver la calabaza mágica en su forma más espectacular, y para jugar con el gato y los demás objetos en los que se convertía.
El anciano Tito se convirtió en el abuelito favorito de Calabazalandia gracias a su calabaza mágica, y los niños nunca olvidarán la noche de Halloween en la que la calabaza brilló de manera más especial.