La búsqueda del trineo perdido. Érase una vez un pequeño pueblo llamado Frozendale, ubicado en lo más profundo de los bosques de nieve. En este lugar, la Navidad era el evento más esperado del año, ya que la nieve comenzaba a caer y las luces de colores adornaban cada casa.
Sin embargo, la Navidad de ese año sería diferente. El trineo de Santa Claus había desaparecido y nadie sabía cómo había sucedido. Sin este trineo, Santa Claus no podía entregar los regalos a los niños del mundo.
Cuando la noticia se extendió por todo el pueblo, los habitantes de Frozendale se pusieron en acción para encontrar el trineo perdido. Ellos sabían que Santa Claus nunca se rendiría en su misión de llevar la alegría de la Navidad a los niños, y así, tampoco lo harían ellos.
Los habitantes del pueblo formaron equipos para buscar el trineo perdido en diferentes partes del bosque, mientras que otros se ofrecieron para ayudar a Santa Claus en la preparación y envío de los regalos, asegurándose de que ningún niño se quedara sin su obsequio navideño.
Mientras tanto, un pequeño niño llamado Jack estaba en su casa, sentado junto a su árbol de Navidad, observando la nieve que caía desde la ventana. Jack siempre había creído en la magia de la Navidad, y la desaparición del trineo lo había dejado triste.
Pero Jack no se dio por vencido. Él sabía que la Navidad no podía ser cancelada, no importa lo que haya sucedido. Así que decidió ir en busca del trineo por su cuenta.
Jack empacó algunas cosas y se adentró en el bosque, siguiendo las huellas de los equipos de búsqueda que habían sido formados en el pueblo. No estaba seguro de qué estaba buscando, pero algo en su corazón le decía que su ayuda sería importante para encontrar el trineo perdido.
Horas pasaron mientras Jack caminaba por el bosque, luchando contra la ventisca y el frío intenso. Hasta que finalmente, en la distancia, vio una pequeña luz brillando. No sabía lo que era, pero se acercó a ella.
Al llegar más cerca, Jack descubrió una pequeña cabaña iluminada por una luz suave y cálida. Después de tocar la puerta, una anciana amable lo recibió y le ofreció un poco de caldo caliente. Jack le explicó por qué estaba en el bosque, buscando el trineo de Santa Claus, y la anciana sonrió.
«Eres un niño muy valiente», dijo ella. «Pero el trineo no está aquí. Sin embargo, tengo algo que puede ayudarte en tu búsqueda».
La anciana sacó un pequeño libro con una cubierta de piel de reno y comenzó a hojearlo. Jack se sorprendió por lo que vio. El libro estaba lleno de dibujos de abetos nevados y animales del bosque, y hablaban de la magia de la Navidad y de cómo las buenas acciones pueden hacer una gran diferencia.
La anciana explicó a Jack que este libro era un regalo de un antepasado suyo, quien hace años había ayudado a Santa Claus en uno de sus viajes de Navidad. La anciana le dijo que, si él seguía las pistas y hacía una buena acción en cada paso del camino, el libro lo llevaría al trineo perdido.
Jack tomó el libro y, con lágrimas en los ojos, agradeció a la anciana por su ayuda. Y así, comenzó su búsqueda por el trineo perdido.
Siguió las pistas del libro a través del bosque, deteniéndose en cada señal para hacer algo bueno por los demás. Ayudó a un zorro a recuperar su comida robada, arregló un nido de pájaros para que los polluelos pudieran dormir cómodos y recogió basura en un arroyo para evitar que el agua se contaminara.
Mientras tanto, la Navidad se acercaba, y Santa Claus estaba cada vez más preocupado por no poder encontrar su trineo. Pero cuando Jack llegó a la última página del libro, encontró una gran sorpresa. La pista final lo llevó directamente al trineo perdido, que estaba camuflado detrás de un gran abeto cubierto de nieve.
Sin embargo, Jack no estaba solo. Con él estaban todos los habitantes del pueblo, que también habían seguido las pistas del libro y habían unido sus esfuerzos para salvar la Navidad. Juntos, trabajaron para reparar el trineo de Santa Claus y asegurarse de que estuviera listo para partir en su importante misión.
Cuando Santa Claus llegó a Frozendale esa noche, se sorprendió al ver a todas las personas reunidas afuera de su cabaña. Jack y los demás le presentaron el trineo arreglado, y todos levantaron los ojos llenos de lágrimas.
Santa Claus se dio cuenta de que la magia de Navidad estaba viva en Frozendale, gracias a la valentía y la determinación de Jack y los habitantes del pueblo. Agradeció a todos por su ayuda y juntos partieron para llevar la alegría y la esperanza a los niños de todo el mundo.
Y durante años, la historia de la búsqueda del trineo perdido se convirtió en uno de los mitos más populares de Frozendale, siendo transmitido de generación en generación como un recuerdo de la importancia de la comunidad y la magia que se encuentra en el dar y recibir en la época navideña.