La búsqueda del caballo arcoíris. Hace mucho tiempo en una tierra lejana, existía un caballo mágico llamado Arcoíris. Este era un animal maravilloso, de hermoso pelaje multicolor y una velocidad impresionante. Sabía saltar por encima de ríos, correr por colinas, y no había obstáculo que pudiera detenerlo. Pero lo más asombroso de él es que podía hablar y entender a los humanos.
Toda la gente de la región respetaba y admiraba al caballo Arcoíris, por eso era muy querido por todos. Era tan popular que en las noches de Luna llena, cuando todos se juntaban en la plaza del pueblo y cantaban, bailaban y contaban historias, ellos pedían al caballo que apareciera para ver si había algo que pudiera hacer por ellos.
Un día, una gran sequía azotó la región del valle y toda la vegetación y las fuentes de agua se secaron. La gente se desesperaba porque no encontraba solución a esta situación, y entonces alguien sugirió hablar con el caballo Arcoíris. Pero, ¿cómo encontrarlo en un valle tan grande?
Fue entonces cuando una niña pequeña, llamada Laura, se ofreció a encontrar al caballo. Ella amaba el campo y conocía cada rincón del valle. Laura pidió que le dieran una semana para encontrar al caballo, antes de que la situación empeorara y se volviera realmente terrible.
Con un gran mapa y su arco y flechas, Laura comenzó su búsqueda. Recorrió montañas y llanuras, se detuvo en cada pozo y arroyo, preguntó a cada campesino y pastor si habían visto al caballo mágico. Pero nadie lo había visto, todos le decían que no sabían cómo encontrarlo.
Triste y cansada después de tanto andar, Laura se detuvo junto a un río seco para descansar. Mientras se dejaba caer en la hierba, oyó un ruido detrás de ella. Cuando se dio vuelta, no podía creer lo que veía. Era el mismo caballo Arcoíris que corría hacia ella. Laura se quedó paralizada, no podía moverse, se sentía afortunada y maravillada de verlo allí parado frente a ella.
El caballo Arcoíris la miró fijamente y le habló con delicadeza: «Hola pequeña, me has estado buscando, ¿verdad?» Laura abrió la boca para hablar, pero no pudo emitir palabra alguna. Parecía como si algo la hubiera dejado sin aliento. El caballo se acercó y comenzó a hablarle de la sequía y de cómo podía ayudar. «Puedo llevar a tu pueblo a un lugar donde hay agua, pero debemos hacer algo».
Laura se sorprendió al enterarse de que el caballo quería proteger los bosques que se encontraban en el camino hacia el manantial de agua. Laura aceptó y ambos acordaron que si los bosques estaban en peligro, el caballo podría ir a su rescate y ayudar a protegerlos.
Con esto en mente, Laura se montó en el caballo Arcoíris y se fueron en busca del agua. Pero en su camino, los animales del bosque los detuvieron y les dijeron que había una gran inundación ocurriendo en el otro lado del bosque. Había un serio peligro de que el agua se desbordara y destruyera todo a su paso, incluyendo al pueblo.
En un acto de valentía, el caballo Arcoíris y Laura corrieron hacia la zona afectada y ayudaron a evacuar a todos. Con su velocidad impresionante, el caballo logró salvar a muchas personas que de otro modo hubieran muerto. Y cuando llegó el momento de salvar los bosques, el caballo se transformó en un ser aún más fuerte y poderoso, y fue capaz de ayudar a que las tierras de cultivo y los animales fueran salvados.
Al final de este agotador día, Laura se encontró más que nunca agradecida de poder conocer y trabajar junto con el caballo Arcoíris. Luego, con esa nueva amistad y esperanza en su corazón, decidieron emprender una nueva búsqueda para encontrar el lugar perfecto para hacer brotar de nuevo la vida.
Después de mucho tiempo galopando y cruzando las montañas del valle, se encontraron con una fuente de agua que estaba deteriorada. Juntos, trabajaron para construir una nueva fuente que llevaría el agua a todas las personas del valle. Y después de muchas semanas de arduo trabajo, finalmente, una nueva primavera se abrió camino en el valle y la sequía comenzó a desvanecerse.
Todo el pueblo estaba en una gran fiesta de alegría y gratitud, y la pequeña Laura y el caballo Arcoíris eran el centro de todo. Y así, de este modo, nacieron nuevas formas de luchar y construir un futuro mejor juntos en el valle.
Este se convirtió en un momento de renacer y prosperidad para las generaciones futuras, con la esperanza de saber que siempre habrá alguna forma de ayudar y de encontrar soluciones a cualquier problema. Todo gracias a la fuerza, el amor y la sabiduría del hermoso Caballo Arcoíris.
