La amistad del unicornio y la mariposa

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La amistad del unicornio y la mariposa
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La amistad del unicornio y la mariposa. Érase una vez en un bosque mágico, una amistad se forjó entre un unicornio y una mariposa. El unicornio, de blanco brillante y astas doradas, solía pasear por el bosque, mientras la mariposa, de colores exóticos y alas de seda, volaba de flor en flor en busca de dulce néctar. Un día, mientras ambos se encontraban en la misma pradera, la mariposa se posó sobre la nariz del unicornio, y al unicornio, a pesar de ser un ser mágico, le pareció divertido y empezó a reírse.

Así fue como nació su amistad. A partir de ese día, se encontraban a menudo en la pradera donde, ante la atenta mirada del sol y la luna, jugaban y charlaban con entusiasmo. Los demás animales del bosque se preguntaban cómo podían hacerse amigos, ya que veían en el unicornio y la mariposa un vínculo muy especial.

Un día, mientras la mariposa descansaba en una flor y el unicornio le hacía compañía, se dieron cuenta de que un palo estaba atascado en el arroyo y bloqueaba el cauce del río cercano. Sin pensarlo dos veces, el unicornio decidió actuar. Con su fuerza y astucia, se acercó al palo, lo agarró con su boca y lo retiró suavemente del agua. La mariposa observaba con admiración la valentía de su amigo.

Pero al intentar salir del agua, el unicornio resbaló y su asta dorada se partió. La mariposa, alarmada, no sabía cómo ayudar a su amigo herido. Entonces, recordó que en el bosque había un hada sabia que podía sanar heridas mágicas. Sin perder ni un segundo, la mariposa desplegó sus alas y rodó por el aire para buscar al hada. Cuando la encontró, le explicó todo lo que había sucedido y la hada acompañó a la mariposa de vuelta al arroyo, donde el unicornio necesitaba su magia para sanar.

Gracias a la mariposa y la hada, el unicornio recuperó su fuerza y su asta dorada volvió a brillar en el sol. Desde entonces, los tres amigos se encontraban a menudo para proteger el bosque, ayudar a los demás animales y pasear por el arroyo, mientras la mariposa hacía piruetas alrededor del unicornio y la hada les cantaba canciones maravillosas.

Pero uno de los momentos más importantes de su amistad ocurrió durante una tarde de otoño. Los colores del bosque habían cambiado y la mariposa, mientras buscaba un lugar para dormir durante la noche, se posó sobre las astas del unicornio. Estaba cansada y fría y no podía seguir volando más, necesitaba descansar. Como si estuviera en un refugio cálido, la mariposa cerró los ojos y durmió en la protección del unicornio.

A partir de ese momento, el unicornio se convirtió en el protector de la mariposa. La cuidaba cuando llovía y la resguardaba en sus astas cuando la noche caía en el bosque. La mariposa, por su parte, se encargaba de regalarle color al unicornio con sus delicadas alas y no se separaba de él ni un segundo.

Así transcurrieron los días, los años y los nuevos amigos que fueron llegando al bosque. Cada uno encontró su sitio y respetó a los demás, pero la amistad del unicornio y la mariposa seguía siendo la más fuerte de todas.

Un día, el unicornio y la mariposa notaron que la necesidad de buscar nuevas aventuras y desafíos les llevaba a otros lugares, y aunque nunca se olvidaron el uno del otro, tomó caminos diferentes. Pero no había pasado mucho tiempo, cuando se dieron cuenta de que su amistad era tan fuerte y valiosa que hacía que siempre quisieran estar cerca uno del otro. Así que, sin demora, se encontraron en la pradera donde se conocieron años atrás, y juraron que nunca se separarían de nuevo.

Desde ese día, el unicornio y la mariposa no se alejaron el uno del otro, viviendo muchas aventuras juntos. Cada vez que uno de ellos necesitaba ayuda, no dudaban en acudir. Juntos crecieron, juntos disfrutaban de lo que les ofrecía la vida, pero sobre todo, juntos sabían lo importante que era tener una amistad tan sólida y verdadera.

El bosque mágico era testigo de su amistad, y con el tiempo, se convirtió en un lugar aún más mágico, gracias a las risas, aventuras, travesuras y momentos que vivió el unicornio y la mariposa juntos. Con ellos, nunca faltaba la luz, la música, la inocencia y el amor que hacía que la amistad, incluso mágica, fuese el tesoro más valioso que se puede tener en la vida.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
La amistad del unicornio y la mariposa
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