El unicornio y el pez dorado

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El unicornio y el pez dorado
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El unicornio y el pez dorado. Érase una vez un hermoso unicornio que vivía en un bosque encantado. Era de un color blanco puro y su crin y cola eran de un tono plateado brillante. El unicornio siempre estaba solo, porque los otros animales temían su presencia. Sin embargo, él era un animal criado en la bondad y siempre estaba dispuesto a ayudar.

Un día, mientras paseaba por el bosque, el unicornio vio a un pequeño pez dorado en un arroyo. El pez estaba atrapado en una red y luchaba por salir de ella. El unicornio se acercó al arroyo y con su cuerno mágico cortó la red liberando al pez dorado.

El pez dorado se sintió agradecido y le preguntó al unicornio cómo podría devolverle el favor. El unicornio respondió que sería feliz si el pez dorado lo visitara de vez en cuando para hablar y compartir historias.

Desde ese día, el pez dorado visitaba al unicornio a menudo. Hablaban de todo lo que sucedía en el bosque y contaban historias de sus aventuras. El pez dorado se alegraba cada vez que visitaba al unicornio, ya que era su amigo más cercano en el bosque.

Sin embargo, un día el pez dorado desapareció. El unicornio buscó por todas partes, pero no lo encontró. Pasaron los días y el unicornio estaba triste y preocupado por su amigo. Se preguntaba si el pez dorado estaba bien, o si había sido atrapado nuevamente en una red o incluso peor, si había fallecido.

Un día, mientras se sentaba cerca del arroyo pensando en su amigo, escuchó una voz detrás de él. Era el pez dorado que había regresado al bosque, y se acercaba al unicornio con una noticia emocionante: había descubierto un tesoro y quería compartirlo con su amigo aventurero.

El unicornio estaba emocionado por su regreso y lo siguió a través del bosque hasta una cueva. El pez dorado le mostró el tesoro, que estaba lleno de monedas de oro y joyas brillantes. Estaba claro que el pez dorado había planificado esta aventura para sorprender a su amigo unicornio.

El unicornio estaba tan agradecido por el gesto que le preguntó al pez dorado qué podría hacer para devolverle el favor. El pez dorado le pidió al unicornio que apareciera en la superficie del agua, para que los otros peces pudieran ver que él era capaz de hacer amigos con cualquier animal del bosque, y de esa forma encontrarían amigos también.

El unicornio aceptó la petición del pez dorado y se acercó al arroyo. Mientras se asomaba a la superficie del agua, los peces se reunieron alrededor del unicornio, y cada uno de ellos habló de cómo siempre habían admirado su belleza y su gracia. Incluso las criaturas del bosque que temían al unicornio se acercaron y se unieron a la conversación.

El pez dorado había abierto los ojos del unicornio a la verdadera amistad y la belleza que existe cuando los animales trabajan juntos. Los dos amigos se abrazaron y se despidieron, sabiendo que nunca olvidarían el tesoro que habían encontrado en su amistad.

Desde entonces, el unicornio y el pez dorado mantuvieron una amistad estrecha y el bosque encantado se convirtió en un lugar más alegre y lleno de vida. El unicornio aprendió que no importaba quién era, porque la bondad y la amistad eran más valiosas que cualquier tesoro que pudiera encontrar solo.

FIN.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
El unicornio y el pez dorado
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