El unicornio y el pájaro de fuego

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El unicornio y el pájaro de fuego
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El unicornio y el pájaro de fuego. Érase una vez en un bosque mágico donde los seres fantásticos eran los dueños y señores, el Unicornio blanco de mirada dulce y voz suave era su amo. Todos los habitantes del bosque lo admiraban por su belleza y por ser el ser más amable que habían conocido.

Sin embargo, un día llegó un visitante inesperado. Este no pertenecía allí y venía del cielo, su plumaje refulgía de un extraño fuego que jamás había visto el bosque. El Pájaro de Fuego era su nombre y su canto provocaba la fascinación de todos los seres que rondaban el bosque.

El unicornio sintió un gran interés por el Pájaro de Fuego y comenzó a seguirlo. Ambos se encontraron poco después en la orilla del río que cruzaba el bosque. Los dos hablaron sin decir una palabra, el unicornio sorprendido por la belleza dorada de las plumas y el pájaro de fuego de la inexplicable belleza blanca del Unicornio.

Mientras se decían adiós, el ave dejó caer una pluma en el suelo y se alejó volando en dirección a donde había venido. Al final del día, el Unicornio utilizó la pluma para crear una hermosa corona, y así, recordar para siempre aquel agradable encuentro.

Desde entonces, el unicornio visitaba el río todos los días en busca de su nuevo amigo alado, el Pájaro de Fuego, pero nunca lo volvió a ver.

Poco tiempo después, un dragón visitó el bosque y lo incendió con su fuego descontrolado. El Unicornio se asustó al verlo y huyó hacia la aldea más cercana buscando ayuda.

Cuando la aldea supo lo que estaba sucediendo, todos corrieron en dirección al bosque, pero se dieron cuenta de que la magnitud de las llamas era imposible de controlar. Fue entonces cuando el Unicornio recordó la pluma del Pájaro de Fuego.

Con la intención de detener el fuego, el Unicornio se arriesgó a crear un hechizo con la pluma del célebre visitante, y lo soltó al viento. El hechizo convocó a todos los pájaros del bosque, y así, juntos lograron apagar las llamas.

La aldea aplaudió al Unicornio y le prometió proteger el bosque para siempre. Desde entonces, cada vez que los habitantes del bosque recordaban el día del incendio, sabían que nunca habrían sobrevivido sin la ayuda del Unicornio y la pluma mágica del Pájaro de Fuego.

Se cuenta, que una noche en la que el bosque estaba en calma, el unicornio se detuvo a descansar en un claro vacío y entre tanta paz, una luz dorada apareció en el cielo. Era el pájaro de fuego volando.

Sin mucho tiempo de seguir el rastro, el unicornio descubrió que el Pájaro de Fuego estaba atrapado. Una rama de roble había quedado atravesada en sus alas y este, no podía continuar con su vuelo.

El Unicornio no lo dudó, y ayudó al pájaro a liberar sus alas del obstáculo. El pájaro, avergonzado, no sabía cómo agradecer al unicornio por su valentía y amistad, y le ofreció un regalo.

Era una pluma dorada similar a las que tenía, pero diferente al mismo tiempo. Cuando el unicornio la tomó en sus manos, lo sintió, un poder tan grande que era capaz de curar el mal más oscuro, el odio y el dolor.

Desde aquel día, el Unicornio y el Pájaro de Fuego se convirtieron en los mejores amigos, y siempre estuvieron juntos en los momentos más difíciles para proteger el bosque.

El tiempo pasó, y los habitantes del bosque crearon una leyenda en honor a la amistad del Unicornio y del Pájaro de Fuego, y la transmitieron durante muchas generaciones.

Cuentan que, incluso ahora, cuando alguien necesita ayuda o un milagro, solo tiene que buscar la corona del Unicornio en las orillas del río y esperar a que su amigo el Pájaro de Fuego aparezca para ayudarlo.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
El unicornio y el pájaro de fuego
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