El último caballo de la tierra de Oz. Había una vez en el maravilloso mundo de Oz, una criatura muy especial. Se trataba del último caballo de la tierra de Oz, una raza mágica de caballos que habían habitado la tierra de Oz desde tiempos inmemoriales.
Este caballo era diferente a cualquier otro en Oz. Tenía una piel plateada como la luna, crines brillantes como el sol y ojos color esmeralda que brillaban con la intensidad del fuego. Era un caballo majestuoso y poderoso que había vivido durante cientos de años, salvaje y libre en las llanuras de Oz.
Pero el mundo estaba cambiando. Los humanos y las criaturas de Oz habían comenzado a construir ciudades y carreteras, y cada vez era más difícil encontrar un lugar tranquilo y seguro donde vivir. El último caballo de la tierra de Oz sabía que su tiempo estaba llegando a su fin, que pronto tendría que compartir su territorio con los humanos. Pero él no quería eso. Él quería continuar viviendo libre y sin ataduras, corriendo a través de las praderas y las colinas con el viento en su crin.
Un día, mientras el último caballo de la tierra de Oz estaba descansando en su pradera favorita, un joven guerrero entró en su territorio. El guerrero tenía armadura y una espada a su lado, y llevaba una bandera con el símbolo del rey de Oz. El último caballo de la tierra de Oz sabía que esto no era una buena señal.
El joven guerrero se acercó al caballo y le habló. «Saludos, hermoso caballo. Mi nombre es Jack, y he sido enviado por el rey de Oz para conminarte a unirte a su corte».
El último caballo de la tierra de Oz sabía que esto era una invitación que no podía rechazar, aunque no quería ser parte de ese mundo de humanos codiciosos y despiadados. Pero él sabía que el rey de Oz no aceptaría un «no» por respuesta.
Así que el último caballo de la tierra de Oz siguió a Jack hasta la ciudad del rey, donde fue recibido con fanfarrias y ovaciones. Los ciudadanos de Oz habían oído hablar del último caballo de la tierra de Oz, y estaban emocionados de conocerlo.
Pero el caballo sólo quería irse. No quería tener nada que ver con estos humanos prepotentes y egoístas. Así que, en medio de la noche, escapó de la ciudad y volvió a su pradera.
A partir de ese momento, el último caballo de la tierra de Oz se convirtió en una leyenda. Los humanos lo veían como un ser mágico y poderoso, y algunos lo consideraban divino. Pero el caballo sólo quería vivir en paz, lejos del mundo de los humanos.
Los años pasaron, y el último caballo de la tierra de Oz se convirtió en una figura mítica. Muchos lo habían buscado, pero nadie lo había visto. A veces se decía que había muerto, y otros decían que había desaparecido en la oscuridad de la noche para siempre.
Un día, un joven de Carlota vio al último caballo de la tierra de Oz. Este joven era un cazador, y cuando vio al caballo corriendo por la llanura, supo que era una oportunidad única.
El joven cazador persiguió al caballo, tratando de atraparlo con su red. Pero el caballo era demasiado rápido y ágil para él, y siempre escapaba en el último momento.
Finalmente, el joven cazador se dio cuenta de que el caballo no quería ser cazado ni atrapado. El caballo no era una criatura para ser exhibida o vendida. Era un ser mágico y libre, un símbolo de la belleza y la libertad en Oz.
Y así, el joven cazador decidió dejar al caballo en paz. Se alejó de la llanura, agradecido por haber visto al último caballo de la tierra de Oz, una criatura que era más que un simple animal, una criatura que simbolizaba la libertad y la independencia en el mundo de Oz.