El Ratoncito y la Leyenda del Queso Rojo. Érase una vez en un lugar muy lejano, un ratoncito llamado Tito que vivía en una cueva con su familia. Tito era un ratoncito muy aventurero y siempre buscaba cosas nuevas que hacer. Su familia siempre le decía que tuviera cuidado y que no se metiera en problemas.
Un día, mientras Tito estaba explorando el bosque cerca de su cueva, se encontró con un queso gigante de color rojo. El queso era tan grande que el ratoncito no podía ni rodearlo con sus pequeñas manos. Tito sabía que tenía que llevar ese queso a su familia, para que no pasaran hambre. Pero el problema era cómo iba a hacerlo, el queso era demasiado grande y pesado.
Tito no sabía qué hacer, hasta que recordó una leyenda que su mamá le había contado cuando era pequeño. La leyenda decía que si un ratoncito encontraba un queso rojo en el bosque y lograba llevarlo a su casa, tendría comida suficiente para toda su vida. Tito decidió que ese queso era su oportunidad, suerte y debía llevarlo a su casa.
Con mucho esfuerzo, Tito comenzó a arrastrar el queso, pero era demasiado pesado para él solo. Fue entonces cuando, de repente, apareció una rana que se ofreció a ayudarlo. Tito estaba un poco desconfiado, ya que no confiaba en los extraños, pero la rana parecía amigable y sincera.
La rana ayudó al ratoncito a llevar el queso hasta su cueva, y cuando llegaron a la entrada, Tito le agradeció a la rana por su ayuda, y le ofreció un poco de queso como pago por su ayuda. La rana aceptó encantada, y Tito y su familia disfrutaron del queso rojo durante muchos días.
Sin embargo, después de un tiempo, Tito empezó a darse cuenta de que el queso rojo realmente era mágico, no solo por su tamaño y sabor, sino porque cada vez que comían un poco, se sentían más fuertes y más saludables. Tito nunca había probado algo así antes, y la leyenda había resultado ser cierta.
Después de varios días, Tito decidió que tenía que regresar al bosque para ver si podía encontrar más queso rojo, pero esta vez llevó a toda su familia con él. El camino al bosque fue un poco peligroso y asustadizo, ya que había muchos animales que vivían allí y no siempre eran amistosos.
Finalmente, cuando llegaron al bosque, Tito y su familia buscaron y buscaron, pero no pudieron encontrar más queso rojo. Estaban a punto de darse por vencidos cuando escucharon un ruido extraño que venía detrás de ellos.
Era el zorro más astuto del bosque, que había estado observando todo el tiempo para tratar de robarles su queso rojo. Pero en lugar de atacar, el zorro decidió ser amable y contarles la historia de cómo el queso rojo había llegado allí en primer lugar.
Resulta que, el queso rojo había sido traído por un anciano sabio, que había viajado por todo el país buscando las semillas más exóticas y los ingredientes más raros para hacer los alimentos más saludables. Decidió dejaren el bosque el queso rojo para que los ratones puedan disfrutarlo, y de ahí viene su leyenda.
Desde ese día, Tito y su familia se convirtieron en los guardianes del queso rojo, protegiéndolo de cualquier animal que quisiera robarlo. Y gracias a su sabiduría y esfuerzo para compartir, los ratoncitos del bosque lograron tener siempre alimentos saludables para ellos y sus familias. La leyenda del queso rojo se convirtió en un recuerdo y, Tito se convirtió en el héroe de su hogar.