El Ratón Sabio y el Secreto de la Felicidad

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El Ratón Sabio y el Secreto de la Felicidad
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El Ratón Sabio y el Secreto de la Felicidad. Érase una vez un ratón muy sabio que vivía en un pequeño agujero en la pared de una casa. El ratón sabio era muy respetado por todos los animales del bosque porque siempre sabía qué hacer en cualquier situación difícil.

Un día, el ratón sabio decidió salir de su agujero y dar un paseo por el bosque. Mientras caminaba, encontró a un pequeño conejo llorando en el camino. «¿Qué te pasa, pequeño? ¡No llores!», preguntó el ratón sabio.

El pequeño conejo levantó su cabeza y entre sollozos respondió «¡No soy feliz! No sé cómo hacer para ser feliz».

El ratón sabio sonrió y lo tomó de su patita ayudándolo a levantarse. «Voy a enseñarte el secreto de la felicidad», dijo el ratón sabio. «Sígueme».

El conejo, quien tenía mucha curiosidad por saber ese secreto, decidió seguir al ratón sabio por el bosque. Juntos caminaron durante horas hasta llegar a un lugar en el que había un arroyo muy cerca. El ratón sabio le mostró al conejo un árbol frondoso y le dijo: «Aquí está el secreto de la felicidad».

«¿Un árbol? ¿Cómo puede ser un árbol el secreto de la felicidad?», preguntó el conejo, confundido.

El ratón sabio sonrió y le explicó: «Este árbol es muy especial. Observa sus hojas. Todas son diferentes, pero todas son hermosas al mismo tiempo. Lo mismo pasa con los animales, los humanos y todo lo que existe en el mundo. Todos somos diferentes, pero todos somos hermosos al mismo tiempo. La clave de la felicidad es aceptar y apreciar las diferencias de los demás «.

El conejo, sorprendido y maravillado por la sabiduría del ratón sabio, decidió poner en práctica ese consejo y empezó a valorar a los demás animales por sus diferencias.

Los días pasaron y el conejo se sentía feliz porque aprendió a aceptar y respetar las diferencias de los demás. Un día, mientras el conejo caminaba por el bosque, se encontró con la oveja más gruñona de todo el lugar. A pesar de que antes le irritaba su actitud, el conejo decidió aplicar el consejo del ratón sabio y aceptar sus diferencias.

El conejo se acercó con una sonrisa al rostro de la oveja y le dijo «Hola, ¿cómo estás?».

La oveja, sorprendida por el trato amable del conejo, respondió: «Estoy bien, gracias. ¿Y tú?».

A partir de ese día, el conejo y la oveja se volvieron amigos. Jugaban juntos todas las tardes y la oveja dejó de ser gruñona y antipática con los demás animales.

La noticia de la felicidad del conejo llegó a los oídos de todos los animales del bosque. Todos querían conocer al ratón sabio y aprender el secreto de la felicidad.

El ratón sabio, quien siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás, decidió dar un gran discurso en el bosque para enseñarle a todos los animales la importancia de aceptar y apreciar las diferencias de los demás.

El discurso fue muy emotivo y todos los animales lo aplaudieron al final. Desde ese día, los habitantes del bosque aprendieron a apreciar las diferencias de los demás y a tratar a los demás con amabilidad y respeto.

El pequeño conejo, quien fue el primer animal en aprender el secreto de la felicidad, se convirtió en el ayudante del ratón sabio y juntos seguían enseñando el mensaje de la felicidad a todos los animales del bosque.

Así, gracias al ratón sabio y su sabiduría en el secreto de la felicidad, todos los animales del bosque lograron vivir en armonía y felicidad.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
El Ratón Sabio y el Secreto de la Felicidad
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