El Ratón Detective y el Robo en el Palacio. Érase una vez en el Palacio Real, un gran evento con el que todos estaban emocionados. Era el cumpleaños del Rey y todo el reino estaba celebrando en su honor. Todo el mundo estaba vestido con sus mejores galas, había música en vivo, grandes banquetes y un ambiente festivo en todo el palacio.
En medio de toda esta celebración, el Ratón Detective estaba investigando un robo. ¡Había habido un robo en el Palacio Real justo en el día del cumpleaños del Rey! Según se sabía, alguien había robado la joya más valiosa de la familia real. Era un collar de diamantes que pertenecía al bisabuelo del Rey y tenía un gran valor histórico y sentimental.
Había cinco sospechosos en la lista: el mayordomo del Palacio, el chef, la limpiadora, el jardinero y el músico principal. El Ratón Detective sabía que era uno de ellos, y estaba decidido a descubrir quién era el ladrón. Durante la fiesta, el detective interrogó a los sospechosos, pero todos negaron haber robado la joya.
El Ratón Detective sabía que tenía que seguir buscando pistas. Se metió en las habitaciones de los sospechosos mientras la fiesta seguía. Registró las habitaciones del mayordomo, el chef y la limpiadora, pero no encontró nada. Cuando llegó a la habitación del jardinero, notó que algo estaba mal. La puerta estaba entreabierta y se escuchaban ruidos extraños.
Cuando abrió la puerta, vio al jardinero moviéndose rápidamente. Parecía estar escondiendo algo debajo de su cama. El Ratón Detective se acercó sigilosamente y vio algo brillante debajo de la cama. Cuando lo sacó, se dio cuenta de que era el collar de diamantes. ¡Había encontrado al ladrón!
El jardinero admitió que había robado el collar de diamantes para pagar las deudas que tenía con un prestamista. Pero una vez que recibió todo el dinero, se arrepintió de su acción y quiso devolver el collar al rey. Sabía que iba a ser despedido, pero no le importaba. El Ratón Detective admira su honestidad y lo dejó irse.
Con el collar de diamantes de vuelta en su lugar seguro, el Ratón Detective volvió a unirse a la fiesta. Todos estaban felices de celebrar el cumpleaños del Rey sin preocupaciones. La música, los bailes y los pasteles estaban en pleno apogeo. Al final de la fiesta, el Ratón Detective recibió muchos elogios por su excelente trabajo.
El Rey se acercó al detective y le agradeció personalmente por haber encontrado la joya robada. El Ratón Detective se inclinó ante el Rey y prometió seguir protegiendo a su majestad y a todos los habitantes del Reino. El Rey, sonriendo, le dio un gran abrazo y le prometió que siempre tendría un lugar en su palacio.
El Ratón Detective se retiró a su casa temprano esa noche, agotado pero feliz de haber resuelto el misterio del robo en el Palacio Real. Cuando llegó a casa, se acostó en su cama y cerró los ojos con toda la seguridad del mundo.
De repente, se despertó debido a algunos ruidos extraños en su habitación. Cuando se levantó, se dio cuenta de que su casa había sido robada. Alguien había entrado y había llevado todas sus pertenencias.
No había pistas, ni sospechosos. El Ratón Detective se sintió muy mal por un momento, pero luego comenzó a sonreír. Sabía que vendría otro caso pronto, y estaba dispuesto a investigarlo con todo su ingenio y astucia. Afinaría su habilidad y estaría más alerta la próxima vez.
Después de todo, él era el mejor detective en todo el reino, y podría resolver cualquier misterio. Siempre estaría ahí para proteger a todas las personas importantes de su reino.