El Príncipe y el Unicornio de Oro. Érase una vez, en un reino lejano y mágico, vivía un joven príncipe llamado Guillermo. Era un joven valiente, inteligente y amable que siempre buscaba hacer el bien para su pueblo. Una noche, mientras el príncipe Guillermo estaba en el bosque cazando con sus amigos, algo inesperado y maravilloso ocurrió.
Mientras se encontraba en busca de su presa, el joven príncipe se topó con un hermoso unicornio dorado. Era la criatura más magnífica que había visto en su vida, con una larga melena dorada y un cuerno plateado brillante. El príncipe Guillermo se acercó con cautela, pero el unicornio no parecía tener miedo.
Para sorpresa de todos, el unicornio habló y le dijo al príncipe que guardaba un tesoro en su bosque mágico. Estaba dispuesto a regalárselo si el príncipe era lo suficientemente valiente para enfrentar el desafío que tenía preparado para él. Sin dudarlo, el príncipe Guillermo aceptó el desafío del unicornio y se internó en el bosque mágico.
Después de caminar durante horas, el príncipe Guillermo finalmente llegó a una hermosa cascada. Allí, encontró una llave dorada que se parecía al unicornio que le había hablado anteriormente. Luego de recoger la llave, continuó su camino hasta llegar a un hermoso árbol dorado. Allí, encontró un cofre cerrado con llave.
Utilizando la llave que el unicornio le proporcionó, el príncipe abrió el cofre y descubrió un objeto brillante en su interior. Era un hermoso cetro dorado que parecía tener poderes mágicos. El príncipe Guillermo tomó el cetro y decidió que lo llevaría a su reino como una ofrenda para su pueblo.
Con el cetro en la mano, el príncipe Guillermo se dirigió a regresar a su reino, pero tropezó con una trampa dejada por unos malvados ladrones que también buscaban el tesoro del unicornio. Los ladrones se acercaron al príncipe, pero el joven príncipe no se dejó amedrentar.
Utilizando el cetro mágico, el príncipe Guillermo creó un hechizo que ahuyentó a los ladrones y los dejó fuera de combate. Los ladrones huyeron, dejando al príncipe Guillermo con el cetro mágico en sus manos.
El príncipe Guillermo regresó a su reino, donde presentó el cetro mágico al rey, mostrándolo como una señal de qué tan valiente puede ser un joven príncipe. El rey aceptó el cetro mágico y lo colocó en exhibición en su castillo como una muestra del valor y la valentía de su hijo.
Desde ese día, el príncipe Guillermo se convirtió en una leyenda en todo el reino. La gente le hablaba de su valor y su coraje, y el unicornio dorado se convirtió en una figura legendaria para toda la gente del reino.
Pasaron los años y, finalmente, el príncipe Guillermo se convirtió en el rey del reino. En su primer día en el trono, recibió una carta de un niño desconocido que decía haber encontrado un unicornio dorado. El rey decidió visitar al niño y, después de llegar al bosque, se encontró con el mismo unicornio dorado al que había conocido en su juventud.
El unicornio dorado le preguntó al rey lo que quería y, sin dudarlo, el rey le pidió un presente para su pueblo. El unicornio dorado, recordando el valor y la valentía del joven príncipe Guillermo, regaló al rey un árbol dorado con hojas de cristal. El árbol era conocido por tener poderes mágicos y curativos, y le daría al reino protección y abundancia.
Agradecido por el regalo del unicornio dorado, el rey Guillermo llevó el árbol dorado de vuelta a su reino donde lo plantó en el centro del palacio. Desde entonces, el árbol dorado ha sido una gran bendición para el reino, y el legado del valiente y bondadoso príncipe Guillermo y su amistad con el unicornio dorado vivirá para siempre en las páginas de la historia.