El Perro de la Montaña Nevada. Érase una vez en la Montaña Nevada, un perro muy especial, tenía el pelaje blanco como la nieve y grandes ojos brillantes. Todos los habitantes de la montaña lo conocían y le tenían mucho cariño porque siempre estaba dispuesto a ayudar.
El perro solía pasar la mayor parte de su tiempo explorando la montaña y jugando con los pequeños animales que encontraba en su camino. Era muy curioso y siempre buscaba nuevas aventuras. Un día, mientras jugaba en un campo lleno de flores, escuchó algo extraño. Era un fuerte rugido que parecía venir del otro lado de la montaña.
Inquieto por saber qué sucedía, decidió averiguarlo. Siguió el sonido y después de caminar durante un rato, llegó a un pequeño pueblo. Lo que vio lo dejó sin palabras, la gente estaba muy triste, había problemas para conseguir agua y comida porque la nieve que había caído había bloqueado el camino que llevaba al pueblo.
El perro sabía que tenía que hacer algo para ayudar a las personas del pueblo. Con su gran ingenio, decidió buscar la manera de derretir la nieve y abrir el camino. Entonces, recordó que en la parte superior de la montaña siempre hacía calor, y la nieve se derretía más rápido allí.
Siguiendo su instinto, comenzó el ascenso hacia la cima de la montaña. Era un camino peligroso, lleno de rocas y grietas, pero el perro no se rindió. Siguió subiendo y finalmente llegó a la cima, donde encontró lo que estaba buscando. Un géiser de agua caliente brotaba del suelo, y empezó a trabajar para dirigir el agua hacia la parte inferior de la montaña.
Después de un rato, la nieve comenzó a derretirse, y el camino comenzó a abrirse. La gente del pueblo se sorprendió cuando vieron al perro, pero no podían estar más agradecidos por su ayuda. Le ofrecieron comida y agua, y le dijeron que siempre sería bienvenido en su pueblo.
El perro estaba muy contento de haber ayudado a la gente del pueblo, pero sabía que aún había más por hacer. Después de charlar con los residentes del pueblo, se enteró de que había animales en peligro en las zonas más remotas de la Montaña Nevada y decidió que tenía que ayudar aún más.
Así comenzó su viaje hacia las zonas más alejadas de la montaña, llevando comida y agua a los animales que lo necesitaban. Se convirtió en el protector de los animales en dificultades y los ayudó a superar los problemas que surgían. Domar los ríos durante las inundaciones, proteger a los animales de los cazadores furtivos, y guiar a los cachorros perdidos hasta sus hogares.
El perro se convirtió en la leyenda de la Montaña Nevada, las personas del pueblo lo admiraban y los animales lo amaban. Con su valentía, inteligencia y lealtad, logró marcar una diferencia en su hogar, cambiando la vida de todos a su alrededor.
Y así fue como el perro de la Montaña Nevada, encontró su misión en la vida y se convirtió en un héroe para todos los habitantes de la montaña. Lo recordaron para siempre como un ejemplo de coraje, esperanza y amor, y su legado perduró a través de los siglos.