El Perrito de la Ciudad de Oro

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El Perrito de la Ciudad de Oro
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El Perrito de la Ciudad de Oro. Érase una vez, en una ciudad bastante pequeña llamada La Ciudad de Oro, vivía un pequeño perrito llamado Rocco. Rocco era un perro callejero que sabía cómo sobrevivir en esta ciudad concurrida. Era un perro muy ágil y su pelaje era de un marrón claro. Se decidió llamarlo Rocco debido a los hermosos círculos de color que su pelaje tenía.

Rocco vivía en las calles, durmiendo en los callejones y buscando comida en la basura de los restaurantes. La ciudad estaba compuesta por rascacielos, calles concurridas, carros que circulaban y mucha gente que caminaba. La vida en la ciudad era emocionante e interesante, pero a veces era peligrosa para nuestro perrito callejero.

Rocco vivía en la ciudad de oro desde que nació, y aunque era muy astuto, también era muy solitario. No tenía a nadie con quien jugar ni a quien acurrucarse. Vagaba por la ciudad en busca de nuevas aventuras y lugares por descubrir. El pequeño Rocco anhelaba tener un amigo con quien jugar, alguien con quien experimentar nuevas cosas.

Un día mientras Rocco andaba por la ciudad, vio una tienda de animales. Decidió entrar y echó un vistazo a su alrededor. Mientras caminaba por la tienda, vio una jaula en el rincón de la tienda. Allí, en la jaula, estaba otro perrito. Era un pequeño perrito blanco con largas orejas. Inmediatamente, el corazón de Rocco sintió alegría y júbilo. Se acercó a la jaula y se presentó a su nuevo amigo.

El perrito blanco se llamaba Max, y era un perro de raza pequeña. Max había sido abandonado por sus antiguos dueños y había sido llevado a la tienda de animales. Max tampoco tenía amigos o compañía y se sintió aliviado de haber encontrado a Rocco. Rocco y Max se hicieron amigos rápidamente y comenzaron a jugar en la perrera.

Después de pasar un buen rato jugando juntos, Rocco y Max decidieron escapar de la perrera y encontrar un hogar juntos. Sabían que sería difícil encontrar a alguien que quisiera adoptar dos perros callejeros, pero todavía tenían la esperanza de tener un hogar propio. Caminaron por la ciudad durante horas buscando un hogar, pero nadie parecía interesado en dos perros callejeros.

Finalmente, decidieron refugiarse en una iglesia abandonada. Era un lugar seguro y acogedor para dormir. Al día siguiente, se despertaron temprano y comenzaron su búsqueda de un hogar de nuevo. Después de viajar durante horas, vieron una casa con un jardín hermoso. La casa parecía un lugar acogedor y seguro que podría ser su hogar ideal.

Rocco y Max se acercaron a la casa lentamente y vieron a una niña pequeña jugando en el jardín. La niña parecía feliz y amigable, por lo que se acercaron y comenzaron a jugar con ella. La niña estaba encantada con los dos cachorros callejeros que había encontrado y sonrió de oreja a oreja.

La niña decidió hacer todo lo posible para llevarlos a casa. Se acercó a su mamá y le pidió que adoptara a los dos perros callejeros en su hogar. Su mamá, un poco indecisa, finalmente cedió a la súplica de su hija. Rocco y Max tenían un hogar finalmente.

La niña estaba tan emocionada de tener a Rocco y Max como sus nuevos mejores amigos. Les enseñó muchas cosas nuevas, como trucos y juegos. Rocco y Max se divirtieron mucho mientras aprendían cosas nuevas y exploraban su nuevo hogar.

Un día, mientras la niña y los dos perros estaban jugando en el jardín, vieron a un ladrón que se aproximaba a la casa. El ladrón estaba tratando de entrar por la puerta trasera, pero lo detuvieron los ladridos de los perros.

La niña llamó a su mamá y juntos llamaron a la policía, quienes arrestaron al ladrón. Rocco y Max, siendo los héroes de la casa, se sintieron orgullosos y felices de haber protegido a su familia.

Desde ese día, la familia de Rocco y Max se sintió agradecida a los cachorros por protegerlos. Los cachorros callejeros habían encontrado un hogar amoroso en el que ser felices. La Ciudad de Oro podría ser ruidosa y caótica, pero Rocco y Max encontraron la felicidad que tanto anhelaron. Todos vivieron felices para siempre.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
El Perrito de la Ciudad de Oro
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