El niño que se hizo amigo de un perro callejero

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El niño que se hizo amigo de un perro callejero
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El niño que se hizo amigo de un perro callejero. Érase una vez un niño llamado Juan que vivía en una pequeña ciudad rodeada de montañas. Juan era un niño muy dulce y amable, le encantaba jugar al fútbol y compartir aventuras con sus amigos. Pero, sin duda, lo que más le gustaba era pasar tiempo al aire libre, explorando la naturaleza que rodeaba su casa.

Un día, mientras caminaba por el parque, Juan se encontró con un perro callejero que parecía tener hambre y sed. El niño se acercó con cuidado para darle un poco de agua y un trozo de pan que llevaba en su mochila. El perro devoró el pan con ansia y lamió agradecido la mano de Juan.

A partir de ese día, Juan se convirtió en amigo del perro. Le llevaba siempre un poco de comida y había construido una pequeña casita con una caja de cartón y una manta vieja para que el animal pudiera dormir cómodamente y protegido de la lluvia. El perro, por su parte, le daba compañía a Juan y lo seguía a todas partes, incluso al colegio.

Pero un día, cuando Juan llegó al parque, el perro no estaba en su casita. Lo buscó por todas partes, preguntó a los vecinos y amigos, pero nadie lo había visto en todo el día. Juan se preocupó mucho y decidió buscarlo de nuevo al día siguiente.

Al siguiente amanecer, Juan se levantó temprano y salió a buscar al perro. Caminó por el parque y por las calles cercanas, preguntó a algunos vecinos y se metió en callejones oscuros. Fue entonces cuando se dio cuenta de que, probablemente, el perro había sido capturado por los cazadores de perros, que actuaban ilegalmente en la ciudad.

Juan se sintió triste y enfadado, no podía entender cómo algunas personas podían maltratar así a los animales. Entonces, decidió hacer algo al respecto. Pidió ayuda a sus amigos y juntos empezaron a investigar a los cazadores. Preguntaron sobre su paradero, se metieron en sus escondites y recogieron pruebas. Finalmente, pudieron presentarlas a la policía y lograron que fueran detenidos y condenados.

Al mismo tiempo, Juan no dejaba de buscar al perro. Incluso cuando sus amigos le dijeron que abandonara la búsqueda, el niño decidió seguir adelante, convencido de que algún día lo encontraría.

Y así fue. Una tarde, mientras volvía del parque, Juan vio al perro en una tienda de animales, rodeado de otros perros encerrados en jaulas. El animal parecía triste y asustado, pero reconoció a Juan enseguida y se acercó a la reja de su jaula para lamerlo.

Juan fue a la tienda y pidió que le vendieran el perro, pero el dueño le dijo que no podía hacerlo, que el perro tenía un precio muy alto y que no podía venderlo a cualquiera. Juan se sintió frustrado, pero no se rindió. Decidió pedir ayuda a sus padres para comprar al perro y sacarlo de allí.

Finalmente, después de mucho insistir, sus padres aceptaron comprar al perro. Y así, Juan se convirtió en dueño de un nuevo amigo, y el perro tuvo una casa más grande y un dueño cariñoso.

Desde entonces, Juan y su perro se volvieron inseparables. Paseaban juntos por el campo, descubrían nuevos lugares y hacían nuevas amistades. Y cada vez que Juan veía a un animal callejero, recordaba la historia de cómo conoció a su mejor amigo y se daba cuenta de lo importante que es tratar a los animales con respeto y amabilidad.

Y es que la empatía no solo nos hace más amables y respetuosos con los demás, sino que también nos da la fuerza y el valor para luchar por lo que creemos justo. Gracias al amor que Juan tenía por su perro, pudo enfrentarse a los cazadores, a la desesperanza y a la tristeza, hasta lograr un final feliz para él y para su perro.

Así que, si algún día te encuentras con un animal callejero, recuerda la historia de Juan y su perro. Trátalo con cariño, dale de comer y, si puedes, busca una solución para ayudarle a encontrar un hogar. Recuerda que cada pequeña acción puede marcar una gran diferencia para ellos, y que la empatía es la clave para construir un mundo mejor para todos.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
El niño que se hizo amigo de un perro callejero
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