El Monstruo del Río Siniestro

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El Monstruo del Río Siniestro
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El Monstruo del Río Siniestro. Érase una vez, en un pequeño pueblo en medio del bosque, un río que había sido olvidado por la gente. Se llamaba el Río Siniestro y se decía que estaba habitado por un monstruo espeluznante y aterrador.

Los pueblerinos hablaban de este monstruo en sus hogares, en las plazas y en el mercado, pero nadie se atrevía a aventurarse río abajo para ver si realmente existía.

Pero un día, un valiente niño llamado Tomás decidió explorar el Río Siniestro. Tomás era un chico osado que no le tenía miedo a nada y se había prometido a sí mismo que descubriría el secreto detrás del misterioso río.

Así que temprano en la mañana, Tomás tomó sus botas de goma, su sombrero y su saco de exploración y se dirigió al río. El sol brillaba en el cielo y un suave viento soplaba en su rostro mientras se acercaba al agua.

Sin embargo, a medida que se adentraba en el río, el paisaje cambiaba drásticamente. Los árboles eran más altos y frondosos, los arbustos más espesos y la niebla se elevaba desde el agua. El río se hizo más oscuro y más profundo, y el sonido de las corrientes se volvió cada vez más intimidante.

Pero Tomás no se amedrentó. Siguió adelante, avanzando entre las rocas y la vegetación hasta que un extraño sonido lo detuvo en seco. Era un ruido gutural y profundo que venía de más adelante, del otro lado del río.

Tomás se paralizó de miedo. Miró a su alrededor, buscando algo con qué defenderse, pero se dio cuenta de que había venido desarmado.

De repente, el monstruo emergió del agua. Era una criatura enorme, muy diferente a cualquier cosa que Tomás hubiera visto antes. Tenía una cabeza enorme, dientes afilados como cuchillos, ojos brillantes y una piel escamosa de color verde oscuro. Su cuerpo era largo y musculoso, con una cola que se agitaba peligrosamente debajo del agua mientras nadaba.

Tomás trató de correr, pero parecía que sus piernas pesaban una tonelada. El monstruo lo estaba persiguiendo y Tomás podía sentir su aliento frío y malvado en su nuca.

Finalmente, sin fuerzas, Tomás se desmayó. Cuando recuperó la consciencia, estaba en una cueva oscura y húmeda, rodeado de huesos de animales. Temblaba de miedo mientras se preguntaba qué le sucedería a continuación.

De repente, una figura apareció en la entrada de la cueva. Era el monstruo del río Siniestro. Se acercó lentamente a Tomás, pero en lugar de atacarlo, le tendió un mano enorme y lo ayudó a levantarse.

Tomás estaba sorprendido. ¿Cómo era posible que el monstruo fuera amable con él? El monstruo respondió a su pregunta: «No soy un monstruo malvado. Solo trato de proteger mi hogar y a mi familia. Siento mucho haberte asustado, pero la gente ha estado invadiendo y ensuciando nuestro hogar. Lo siento mucho. »

Tomás se sintió muy confundido. ¿Cómo podría lidiar con el hecho de que el monstruo no era realmente un monstruo? Comenzó a mirar a su alrededor y descubrió que la cueva del monstruo estaba llena de cosas sorprendentes y hermosas, como gemas brillantes, un arroyo cristalino y exóticas plantas de diferentes colores y formas.

Entonces, Tomás tuvo una idea. Juntos, él y el monstruo rehicieron las orillas del río y construyeron una enorme presa que evitaba que la basura llegara al agua y que permitió que las aguas del río volvieran a desbordar de vida y belleza. Cada vez que alguien quería tirar basura, se detenían para recordar que detrás de todo aquello habían monstruos del río que cuidaban de su hogar.

De regreso en el pueblo, Tomás contó a todos una historia asombrosa acerca de su aventura en el Río Siniestro y lo que había descubierto allí. Pocas veces una historia sobre un monstruo resultó tan sorprendente y conmovedora.

En resumen, este cuento infantil del Monstruo del Río Siniestro muestra la importancia del cuidado y la protección del medio ambiente. A través del valor y la determinación de Tomás, pudimos entender lo invaluable que puede ser la amistad y colaboración entre una criatura incomprendida y un joven soñador.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
El Monstruo del Río Siniestro
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