El Monstruo del Río de la Desolación

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El Monstruo del Río de la Desolación
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El Monstruo del Río de la Desolación. Érase una vez en un pequeño pueblo llamado Desolación, existía un río misterioso que era temido por todos los habitantes. Se decía que los árboles más cercanos a su orilla se secaban de la nada y que cualquier animal que bebiera de sus aguas acababa muriendo sin razón aparente.

La leyenda de este río se había extendido por todo el lugar, tanto que niños y niñas se negaban a acercarse a su orilla, incluso en pleno verano.

Un día, un pequeño huérfano llamado Lucas decidió aventurarse en busca de coraje, dispuesto a descubrir la verdad detrás de esa leyenda. Tomó su mochila, llenó su cantimplora e inició su camino hacia el misterioso río.

Después de caminar por un par de horas, llegó a las orillas del caudaloso río. Y al verlo, no pudo evitar sentir un escalofrío recorrer su cuerpo. El agua era tan oscura que no podía ver el fondo, mientras que el aire parecía estar contaminado por un extraño olor a podrido. Pero Lucas dispuso a hacer su investigación, y se armó de valor para acercarse al río, buscando evidencias que pudieran revelar qué sucedía con las aguas de aquel río.

Cuando el pequeño se detuvo a observar, notó algo extraño en el agua. Una figura se movía lentamente debajo de la superficie del río. El corazón de Lucas comenzó a latir con fuerza y rápidamente decidió correr en busca de refugio. Pero ya era tarde.

La figura emergió del agua, un monstruo enorme con cuerpo de serpiente y cabeza de cocodrilo, espinas venenosas a lo largo de su lomo y mandíbulas afiladas como cuchillos. Sin pensarlo dos veces, agarró al pequeño con sus largos brazos y lo metió en su boca, dispuesto a devorarlo.

Sin embargo, el pequeño no se rindió tan fácilmente. Armado de valor, tomó su cantimplora y la utilizó como una especie de boomerang, golpeando la parte inferior de las mandíbulas del monstruo. Éste soltó un fuerte rugido de dolor, soltando a nuestro pequeño protagonista.

Corriendo, y aprovechando el dolor del monstruo, Lucas corrió tan rápido como pudo, dejando al monstruo atrás. Mientras tanto, el monstruo del río regresó a su hogar debajo del agua, enojado por haber sido golpeado por un pequeño niño.

Pasaron los días y la noticia del encuentro del pequeño Lucas con el Monstruo del Río se propagó rápidamente por todo el pueblo. Para los habitantes era una señal, el ser humano se había atrevido a atacar al Monstruo, por ende, el Monstruo buscaría una revancha. Desde aquel día, nadie volvió a acercarse a las orillas del río de la Desolación.

Sin embargo, Lucas no se rindió ante tal experiencia. Él estaba dispuesto a descubrir una solución para el problema del río misterioso. Así que ideó un plan: investigaría más a detalle el río para descubrir qué lo estaba envenenando, y buscaría la manera de sanarlo.

Se preparó para enfrentar nuevamente al monstruo del río, esta vez armado con un frasco vacío, y su cantimplora llena de agua. Al llegar al río, comenzó a buscar la fuente de la contaminación. Después de varios intentos, encontró una pequeña cueva al fondo del río donde el agua que fluía estaba envenenada por un químico letal.

Sabía que era peligroso, pero Lucas estaba decidido a resolver el misterio. Con mucho cuidado, llenó su frasco con el agua contaminada y nadó de regreso a la orilla del río. Pero antes de poder salir de las aguas del río, el monstruo emergió de la nada, dispuesto a devorarlo.

Pero esta vez, Lucas no estaba solo. Un grupo de habitantes del pueblo lo habían seguido y llegado a las orillas del río. Perplejos, observaron cómo el pequeño huérfano se paraba frente al monstruo del río, frasco en mano. El monstruo lo atacó, pero Lucas se las ingenió para sostener el frasco de químico envenenado en la boca del monstruo.

Al sentir la explosión química dentro de su boca, el monstruo comenzó a convulsionarse violentamente y al final cayó al suelo, convaleciente. Con el enemigo finalmente debilitado, los habitantes del pueblo se unieron para llevar el químico tóxico a la ciudad vecina para ser tratado y devolver el río a su condición original.

Desde entonces, el río de la Desolación volvió a ser el pulmón natural del pueblo, lleno y desbordante de vida y al mismo tiempo, la leyenda del monstruo del río se convirtió en una historia para asombrar a las nuevas generaciones.

Y así, gracias a la valentía de un pequeño huérfano, el misterio detrás del río misterioso fue resuelto y Desolación volvió a ser el hogar feliz y próspero que siempre había sido.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
El Monstruo del Río de la Desolación
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