El Monstruo del Lago de las Sombras. Érase una vez, en un pequeño pueblo cerca del Lago de las Sombras, había una leyenda que contaba la historia de un monstruo que vivía en esas aguas. La gente decía que era enorme, con escamas verdes y dientes afilados, y que salía de vez en cuando para atacar a los habitantes del pueblo. Muchos niños se asustaban con solo escuchar la historia del monstruo del lago, pero otros se sentían valientes y prometían enfrentarlo si alguna vez lo veían.
Mila era una niña de ocho años que vivía en ese pueblo, y aunque le daba un poco de miedo la historia del monstruo, siempre había sido muy curiosa. Un día, mientras caminaba por el bosque con sus amigos, vio algo extraño en el agua del lago. Parecía una sombra gigante, moviéndose debajo de la superficie, y ella no podía quitar la vista de allí.
– ¿Qué es eso? – preguntó con temor a sus amigos.
– Debe ser un árbol flotando – dijo uno de ellos, intentando tranquilizarla.
– No, miren – señaló Mila con insistencia – se está moviendo.
Fue en ese momento que la sombra salió del agua, revelando su verdadera forma. Era el monstruo del lago, del que tanto habían hablado en el pueblo. Tenía una cabeza enorme, con ojos amarillos y una boca llena de dientes afilados. Sus escamas eran verdes y brillantes bajo el sol, y Mila no podía creer que lo estuviera viendo con sus propios ojos.
– ¡Corramos! – gritó uno de sus amigos, y los cuatro comenzaron a correr por el bosque, alejándose lo más rápido posible del monstruo.
Pero Mila no quería huir, ella quería saber más sobre el monstruo y por qué amenazaba a su pueblo. Así que, sin decir nada a sus amigos, decidió investigar. Al día siguiente, llevó consigo una cámara y una libreta para hacer apuntes, y se adentró sola en el bosque.
Después de caminar un rato, llegó al borde del lago. Desde allí, podía ver mejor la forma del monstruo nadando en la superficie. Decidió acercarse un poco, sin hacer ruido, y comenzó a tomar fotos y escribir notas sobre lo que veía. Pero de repente, una rama se rompió bajo sus pies, y le hizo un ruido muy fuerte.
El monstruo escuchó el ruido y se sumergió rápidamente en el agua. Mila se asustó mucho, y decidió regresar al pueblo. Pero cuando estaba por irse, encontró una escama del monstruo en el suelo. Era grande y brillante, y ella decidió llevarla con ella para investigarla mejor.
Llegó a su hogar y se encerró en su habitación, para analizar la escama mejor y pensar en todo lo que había visto en el lago. En su mente, imaginó al monstruo viviendo en un lugar oscuro y solitario debajo del agua. Le pareció muy triste que un ser tan majestuoso fuera visto como una amenaza, y decidió hacer algo para protegerlo.
Mila comenzó a investigar todo lo que podía sobre el monstruo, y descubrió que había una manera de alejarlo de los humanos. Era una sustancia especial, que se podía mezclar con la comida del monstruo para atraerlo hacia aguas profundas, alejadas del pueblo. Mila decidió fabricar esa sustancia, y planear una manera de hacérsela llegar al monstruo.
Así que al día siguiente, llevó una canasta llena de comida a la orilla del lago. Puso cuidadosamente la sustancia en un trozo de pollo, y lo arrojó al agua. Esperó pacientemente, y cuando el monstruo salió del agua, lo vio acercarse hacia la canasta. Él comió el pollo con la sustancia, y poco a poco fue alejándose de la costa, sumergiéndose en aguas más profundas.
Las noticias sobre el monstruo se fueron desvaneciendo poco a poco, y la gente empezó a olvidarse de él. Pero Mila sabía que todavía estaba allí, bajo el agua, y ella era la única que lo había visto y comprendido su verdadera naturaleza. cada vez que después de ese día caminaba cerca del lago, colocaba un poco de la sustancia mezclada con su comida en los árboles para que no sufriera hambre y se mantuviera alejado de los humanos.
Desde aquél suceso, la gente en el pueblo empezó a ver el lago como un lugar más seguro para nadar, y poco a poco las personas comenzaron a pescar de nuevo, inclusive los niños más pequeños solían ir a bañarse en sus aguas. Y aunque el monstruo no volvió a ser visto, Mila siempre supo que era importante cuidar de todas las criaturas, sin importar su aspecto o su reputación.