El Monstruo del Cielo en Llamas

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El Monstruo del Cielo en Llamas
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El Monstruo del Cielo en Llamas. Érase una vez en un reino muy lejano, un monstruo terrible que vivía en lo más alto del cielo. Se llamaba El Monstruo del Cielo en Llamas y tenía el poder de escupir fuego por la boca. Los aldeanos le temían y se mantenían alejados de él porque sabían del peligro que suponía su presencia.

Sin embargo, un niño llamado Tomás no creía en las leyendas del monstruo. Él quería ver al Monstruo del Cielo en Llamas por sí mismo. Así que, un día, cuando la Luna estaba llena y brillante, Tomás escaló hacia lo más alto de la montaña donde el monstruo vivía.

Cuando alcanzó la cima, Tomás se escondió detrás de una gran roca y allí, justo delante de sus ojos, vio al Monstruo del Cielo en Llamas. Era completamente negro, con ojos rojos como el fuego y tenía dos alas enormes, que se extendían por todo el cielo. El corazón de Tomás latía con fuerza de miedo, pero a la vez sintió una gran curiosidad por acercarse.

El Monstruo del Cielo en Llamas se dio cuenta de que había un extraño en su territorio y soltó un rugido que hizo temblar la montaña. Tomás se mantuvo paralizado, esperando lo peor.

Pero, de repente, el Monstruo del Cielo en Llamas comenzó a acercarse a él, dejándose ver un poco más cerca. Tomás tuvo que cerrar los ojos porque el fuego que salía de su boca le resultaba demasiado brillante.

Cuando Tomás abrió de nuevo los ojos, el Monstruo del Cielo en Llamas estaba justo frente a él. Tomás se sentía asustado, pero asombrado por la curiosa belleza del monstruo. El Monstruo del Cielo en Llamas se inclinó hacia él y lo miró fijo a los ojos. Lo que sucedió después, sin embargo, lo dejó realmente impresionado: El Monstruo del Cielo en Llamas emitió un suave gruñido, como si estuviera llamando a Tomás.

Tomás se animó un poco, haciéndose amigo del Monstruo del Cielo en Llamas y comenzaron a charlar. Tomás descubrió que el monstruo no era tan malvado como la gente decía y que simplemente tenía una habilidad especial para controlar el fuego.

Después de una larga conversación, el Monstruo del Cielo en Llamas decidió mostrarle a Tomás lo que realmente podía hacer con su fuego. Así que juntos volaron por el cielo lanzando fuego de colores deslumbrantes. Fue una experiencia increíble, pero Tomás sabía que pronto tendría que irse. Se despidió del Monstruo del Cielo en Llamas y prometió volver a visitarlo.

Cuando Tomás volvió a la aldea, nadie le creyó lo que había hecho. Pensaron que simplemente estaba inventando una historia, pero Tomás sabía que había algo de verdad en lo que había experimentado. Siguió visitando al Monstruo del Cielo en Llamas cada vez que tenía la oportunidad y siempre guardó el secreto, porque sabía que nadie creería su historia.

Así fue como Tomás, el niño más valiente del reino, se hizo amigo del Monstruo del Cielo en Llamas, el monstruo más poderoso del cielo. Una vez más, la leyenda no era lo que parecía, y un niño había demostrado que lo verdadero es lo que uno vive y siente.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
El Monstruo del Cielo en Llamas
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