El Monstruo de la Habitación Secreta

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El Monstruo de la Habitación Secreta
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El Monstruo de la Habitación Secreta. Érase una vez una casa antigua y misteriosa ubicada en lo alto de una colina. La casa fue construida hace mucho tiempo por un hombre bastante extraño que se decía que era un científico loco. La casa tenía muchos secretos, uno de ellos era una habitación secreta, a la que nunca se le permitía entrar a nadie. Nadie sabía qué estaba dentro de la habitación, pero la casa se decía que estaba habitada por un monstruo.

Los niños del vecindario siempre hablaban sobre la casa encantada en la colina, y siempre estaban intrigados por la habitación secreta. Un día, un grupo de niños decidieron explorar la casa para descubrir qué se escondía detrás de la puerta cerrada. Ellos snobeaban su miedo y decidieron formar un equipo para investigar.

Los niños entraron en la casa sigilosamente, tratando de evitar hacer ruido. Miraron a su alrededor y vieron una casa polvorienta y vacía. La casa parecía abandonada desde hacía mucho tiempo, pero alguien había estado allí recientemente.

El equipo se dividió para explorar la casa. Uno de los niños, llamado Tomás, decidió explorar el ático de la casa. Mientras subía las empinadas escaleras, notó una extraña brisa fría que soplaba. Cuando llegó al ático, descubrió que la habitación secreta estaba allí. Sus amigos estaban muy cerca por lo que los invitó a investigar la habitación juntos.

Los niños abrieron la puerta y entraron en la habitación secreta. La habitación era sombría y húmeda, y había una cama en el centro de la habitación. La cama estaba desordenada y parecía estar en uso. Los niños se asustaron aún más cuando escucharon un ruido extraño en la habitación. Parecía que algo se estaba moviendo en la habitación.

De repente, un monstruo salió de la oscuridad. Era un monstruo verde de ojos saltones, dientes afilados y enormes garras en sus manos. Les gruño y los niños se asustaron mucho, aunque algunos intentaron defenderse.

Después de un instante, el monstruo se calmó y comenzó a hablar. Resultó que el monstruo era un científico, un hombre que había experimentado con su ADN para convertirse en un monstruo. Había estado en la casa por mucho tiempo, viviendo en la habitación secreta que había construido, para no ser capturado por los humanos.

Los niños estaban atónitos e intrigados por la historia del monstruo. A pesar de que era un monstruo, se había hecho amigo de ellos y les estaba enseñando cosas interesantes. El monstruo incluso les contó sobre sus experimentos en el ADN y les mostró algunos de los instrumentos que usaba.

Pero luego, algo sucedió. Alguien más hubo allí, un visitante desconocido para el monstruo que había logrado infiltrarse en la habitación secreta. Los niños asustados no sabían quién era pero el monstruo, aterrorizado, les pidió que se escondieran debajo de la cama.

El visitante era un cazador de monstruos, un hombre que había cazado y capturado monstruos por todo el mundo. A pesar de que el cazador de monstruos tenía habilidades especiales para expulsar a los monstruos, el monstruo que los niños habían estado hablando era especial y al ser un científico mismo podía evitar los trucos del cazador.

Los niños y el monstruo esperaron debajo de la cama en silencio, tratando de no hacer ruido. El cazador de monstruos buscó en cada rincón de la habitación, buscando capturar al monstruo, pero no pudo encontrarlo. Finalmente, frustrado y sin éxito, el cazador de monstruos abandonó la habitación.

Los niños y el monstruo se sintieron aliviados cuando el cazador de monstruos se fue. La habitación secreta ya no era un lugar aterrador, sino un lugar donde la amistad florecía. El monstruo se convirtió en su amigo y los visitaba a menudo.

La habitación secreta y el monstruo ya no eran un misterio, y los niños del vecindario se sintieron felices por haber hecho un nuevo amigo. Aprendieron que a veces, las cosas más aterradoras pueden resultar mejor de lo que podrían haber imaginado en sus sueños.

Desde ese momento, los niños y el monstruo exploraron y descubrieron cosas nuevas juntos, y las aventuras fueron más emocionantes. Nunca se sabe quién se puede encontrar en una casa antigua y misteriosa en la colina. Lo más importante es tener una mente abierta y no juzgar antes de conocer las cosas. Al final, el Monstruo de la Habitación Secreta resultó ser un buen amigo para los niños.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
El Monstruo de la Habitación Secreta
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