El Monstruo de la Casa Abandonada

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El Monstruo de la Casa Abandonada
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El Monstruo de la Casa Abandonada. Érase una vez en un pueblo tranquilo y apacible, había una casa abandonada, todos los niños de la zona creían que allí residía un monstruo. La casa estaba rodeada de matorrales y las puertas y ventanas estaban cerradas, la maleza cubría la entrada principal y parecía un lugar maldito. Los pocos valientes que se atrevieron a acercarse afirmaban que se escuchaban extraños ruidos y se veían luces en el interior de la casa, sin embargo, nadie había logrado ver al Monstruo de la Casa Abandonada.

Un día, llegó a la zona un grupo de niños de otra ciudad, los cuales no conocían la historia del Monstruo de la Casa Abandonada, entre ellos se encontraba Lucía, una niña valiente y curiosa. Los demás niños comenzaron a contar la historia del monstruo y Lucía, en vez de tener miedo, quiso ir a investigar por su cuenta.

Esa misma tarde, Lucía se escapó de la casa de sus tíos y se dirigió a la casa abandonada ella sola. Mientras se acercaba, notó que la puerta principal estaba cerrada, pero al rededor de la casa había varias ventanas abiertas. Decidió escalar una de ellas para entrar a la casa.

Una vez dentro, Lucía se asustó al ver que la casa estaba en oscuridad. Pero siguó adelante con sumo cuidado, intentando encontrar una pequeña rendija de luz que entrase por alguna ventana. Fue cuando notó una luz en la parte de arriba de la casa. Decidió subir sigilosa la escalera para investigar.

Cuando llegó a la parte superior, Lucía vio un brillo en una de las habitaciones. Se acercó despacio, observando que la habitación estaba vacía, la luz provenía de una ventana que daba hacia el patio. Aterrorizada por los ruidos que se escuchaban, se acercó para mirar y vio una figura extraña caminando en el patio trasero. La forma se acercó a la ventana y ella retrocedió asustada, pero luego se arrepintió, a pesar del miedo que sentía, decidió ver nuevamente por la ventana.

En el patio encontró un ser extraño y oscuro, parecía que estaba buscando algo. Lucía se asustó, sin embargo, se acercó un poco más, pero en ese momento, la luz de la habitación se apagó dejándola en completa oscuridad. Lucía se echó a correr hacia abajo y salió corriendo de la casa, sin parar a respirar hasta que llegó a una pequeña plaza en donde se encontró con un niño más joven que ella.

-Muchacho, en la casa abandonada se apareció un monstruo y estuvo persiguiéndome. No se porqué, pero siento que aún esta detrás de mi- dijo Lucía alarmada mientras trataba de calmarse.

-Tranquila, yo te ayudaré a encontrar el camino a casa- respondió el niño valientemente.

Juntos, los dos niños se adentraron por un camino que desembocabEn directamente en la plaza del pueblo, usando las farolas que alumbraban la plaza como guía, lograron llegar a casa de los tíos de Lucía.

Lucía se inquietó y se intrigó como nunca antes en su vida. No habría descansado hasta descubrir qué clase de ser mágico o no, se encontraba en la casa abandonada. Decidió volver al día siguiente, esta vez con un grupo de niños que habían conocido esa tarde en la plaza.

Los niños estaban muy asustados, pero la valentía y determinación de Lucía les hizo querer ir con ella a investigar. Cuando llegaron a la casa, notaron que las puertas y ventanas estaban abiertas. Los niños caminaron lentamente, y podría decirse que hasta temblorosos, en dirección a la sala principal. De repente, se escuchó un ruido inmenso que los dejó paralizados. Pero, para sorpresa de los niños, un perro grande y peludo salió corriendo de la casa seguido por un hombre mayor de piel arrugada y bigote negro.

– ¡No tengan miedo niños, yo soy el dueño de la casa! es que este lugar es muy grande y no siempre logro tener controlado al perro- dijo el señor riendo.

Los niños no podían creer lo que habían escuchado, resultaba que no había un monstruo, ni un ser extraño, era solo un perro y un hombre divertido que se había mudado hacía poco a la casa abandonada. A partir de entonces, los niños supieron que ya no debían tener miedo de la casa del señor, siempre y cuando no se separaran del perro.

A pesar de todo, el Monstruo de la Casa Abandonada siguió siendo una leyenda que se contó por años en el pueblo, recordando lo asustados que se sentían cada vez que se acercaban a la casa. Sin embargo, Lucía y los demás niños sabían que no había nada de que preocuparse, el monstruo de la casa abandonada era solo una historia para asustar y divertir a los más pequeños del lugar.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
El Monstruo de la Casa Abandonada
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