El Misterioso Crimen en la Biblioteca. Érase una vez en un pequeño pueblo rodeado de montañas, había una biblioteca llena de libros fascinantes y conocimientos increíbles. La biblioteca era el lugar perfecto para los niños y niñas del pueblo, quienes a menudo acudían allí para leer y estudiar.
Un día, la biblioteca abrió sus puertas temprano, como siempre lo hacía, pero esta vez, se encontró con una escena desconcertante: los libros estaban desordenados, las mesas de trabajo estaban volteadas y tiradas, y el escritorio de la bibliotecaria estaba vacío. Al parecer, algo terrible había sucedido.
El director de la biblioteca se puso en contacto con la policía y, minutos después, un oficial llegó a la escena del crimen. La biblioteca estaba acordonada y nadie entraba ni salía del lugar. Junto al oficial, había un detective a cargo de la investigación. El detective se llamaba Juan y había resuelto muchos casos difíciles, por lo que todos tenían la esperanza de que pudiera encontrar al culpable de este misterioso crimen.
Juan comenzó a recabar pruebas y a entrevistar a testigos. Los niños y niñas que acudían a la biblioteca dijeron que habían visto a un extraño merodeando por el lugar la noche anterior. Se trataba de un hombre con un suéter rojo y una gorra negra, pero nadie lo reconoció por vivir en el pueblo.
Mientras tanto, la bibliotecaria seguía desaparecida. La policía revisó el registro de las personas que habían ingresado y salido de la biblioteca en las últimas semanas, y pronto descubrieron que la bibliotecaria había tenido una discusión con un hombre llamado Carlos. Juan supo que tenía que encontrar a Carlos rápidamente.
Después de varias horas de investigar, el detective Juan encontró a Carlos en una cafetería cercana. Era un hombre de mediana edad que llevaba un suéter rojo y una gorra negra. Juan lo interrogó y pronto descubrió que Carlos había tenido una pelea con la bibliotecaria la noche del crimen. Confesó que había entrado en la biblioteca para robar un libro que necesitaba para un trabajo, pero que había entrado en pánico cuando la bibliotecaria lo encontró.
Juan supo que había descubierto al culpable del misterioso crimen en la biblioteca. Carlos fue arrestado y llevado a la cárcel.
Finalmente, después del arresto, a la bibliotecaria se le encontró en la casa de su amiga, donde había ido por una emergencia familiar, y no había notificado a nadie de la biblioteca. Todos se alegraron de que estuviera a salvo y volviera a su trabajo como bibliotecaria.
Y así, la biblioteca volvió a su ritmo habitual. Todo el mundo estaba agradecido por la investigación del detective Juan y que el misterioso crimen de la biblioteca se había resuelto. Ahora, la biblioteca es un lugar tranquilo y seguro para los niños y niñas del pueblo, que acuden allí para leer y aprender sobre diferentes cosas. Y todos aprendieron una gran lección: no hay que arriesgarse a hacer algo malo solo para obtener algo que deseamos, sino que hay que hacerlo de manera correcta.