El misterio del fantasma del palacio submarino. Érase una vez en un palacio submarino, vivía una familia de peces muy especial. En ese lugar todo era mágico, las plantas eran de colores brillantes, los peces resplandecían y la música de las olas era la banda sonora perfecta para su vida feliz.
Sin embargo, un día algo extraño comenzó a suceder, se empezó a escuchar un ruido extraño en el palacio y todas las noches se veía un destello blanco que aparecía y desaparecía. Los peces estaban asustados y no sabían qué hacer, así que decidieron ir a hablar con el rey, el pez más sabio del palacio submarino.
El rey les escuchó atentamente y decidió que era necesario saber qué estaba pasando. Así que, junto a su equipo de confianza, se propuso investigar el misterio del fantasma del palacio submarino.
Fueron varios días de investigación, pero finalmente, un pez joven y audaz, llamado Arco, encontró una pista importante en una de las cámaras secretas del palacio.
“Rey, Rey… encontré algo, ¡vengan a ver!”, gritaba Arco emocionado mientras corría por los corredores que conducían al laboratorio secreto del rey.
Cuando todos llegaron al laboratorio, Arco comenzó a explicarles lo que había encontrado: “Encontré esto”, dijo mostrando una pequeña pantalla donde se veía un extraño destello blanco, “creo que es el fantasma que ven en el palacio todas las noches”.
El rey, sorprendido por lo que escuchaba, decidió analizar con más detalle la imagen. Para su sorpresa, descubrió que el destello blanco se trataba de una pequeña criatura, un coral luminoso que brillaba en la oscuridad.
“Entonces no es un fantasma, sino un coral luminoso que brilla en la oscuridad y que ha estado creando este misterio”, dijo el rey emocionado.
Los peces, aliviados al saber la verdad, volvieron a su vida normal y disfrutaron de los taquillones de los corales, que ahora eran aún más espectaculares de lo que habían sido antes.
Pero a Arco no le parecía suficiente, quería saber más acerca de esa extraña criatura que había causado tantas noches de misterio. Así que, decidió hacer una investigación por su cuenta y se propuso encontrar a la criatura para estudiarla.
Fueron varios días de exploración, pero finalmente, Arco encontró el coral luminoso, era de color blanco con pequeñas manchas azules y parecía realmente feliz de encontrarse con él.
“Hola pequeño coral, ¿cómo estás?”, saludó Arco.
El coral se movió con alegría al escuchar la voz de Arco y comenzó a brillar aún más.
“Te he estado buscando durante días. Quiero saber todo acerca de ti”, dijo Arco.
El coral, que parecía entender lo que le decía Arco, comenzó a moverse de un lado a otro y de repente comenzó a brillar aún más, creando un camino de luz que lo llevó a su hogar.
Arco lo siguió y se sorprendió al ver que el hogar del coral era un pequeño jardín submarino lleno de plantas y pequeñas criaturas que se movían a su alrededor.
“Es increíble”, dijo Arco asombrado.
Mientras exploraba el jardín del coral luminoso, Arco notó que había una pequeña semilla submarina que brillaba, parecía que iba a florecer y era de un color similar al coral.
“Ayúdame a plantar esto, este jardín se verá aún más hermoso con una flor más. Te ayudaré a crecer esta semilla”, dijo Arco al coral.
Juntos, Arco y el coral plantaron la semilla y, después de pocos días, una hermosa flor de color blanco con pequeñas manchas azules apareció en el jardín submarino y comenzó a brillar tanto como el coral.
Desde ese día, Arco visitaba regularmente al coral luminoso y juntos trabajaban para que el jardín submarino fuera aún más espectacular, siempre acompañados de la música de las olas y la luz brillante de los corales.
La familia de peces del palacio submarino estaba feliz de que el misterio del fantasma hubiera sido resuelto y de que su hogar mágico brillara más gracias a nuevos amigos y nuevas plantas maravillosas.
Y así, todos vivieron felices para siempre, en el palacio submarino lleno de luz y vida.