El misterio del fantasma de la ciudad flotante. Érase una vez una ciudad flotante en el cielo. Nadie sabe cómo llegó allí o por qué flotaba, pero la ciudad era el hogar de muchos habitantes felices. Sin embargo, algo extraño comenzó a suceder. Un fantasma aparecía por la noche, y asustaba a los residentes. Los niños huían al ver al misterioso espíritu, mientras que los adultos susurraban historias de terror en las calles.
La líder de la ciudad, la Reina Eva, decidió que era hora de investigar. Ella llamó a un audaz joven llamado Peter, quien había demostrado su valentía en varios casos anteriores. Peter aceptó la tarea, pero sabía que necesitaba ayuda. Convocó a su mejor amigo, el ingenioso Tom.
Juntos, Peter y Tom comenzaron a buscar pistas sobre el misterioso fantasma. Comenzaron reuniendo información sobre los avistamientos y, finalmente, llegaron a una conclusión: el fantasma siempre aparecía en la misma zona. Sabían que tenían que investigar más.
Siguiendo la pista, Peter y Tom llegaron a una casa abandonada. Tocaron la puerta, pero nadie respondió. Sin embargo, escucharon un ruido extraño en el interior. Avanzaron y encontraron una habitación secreta. En el centro de la habitación, había un cofre cerrado.
Dentro del cofre, encontraron un diario. Era la obra del inventor Jacques, que había sido exiliado de la ciudad flotante hace muchos años. La mayoría de sus diseños falsos fueron obras maestras, pero hubo uno que causó su exilio, el “TPT” (Transportador de Personas de Tierra a la Ciudad Flotante). El invento fue inestable, explotó al ser utilizado por primera vez y eso terminó con la vida de su hermana. Jacques siguió experimentando y descubrió la forma de comunicarse con los espíritus. El diario explicaba que él había creado un dispositivo para comunicarse con el mundo espiritual.
Peter y Tom se dieron cuenta de que el fantasma era en realidad el espíritu de la hermana de Jacques. Ella fue la única persona en la que él pensó durante los últimos años y había logrado comunicarse con ella. El espíritu de la hermana volvía a la ciudad por una última vez para decirle a Jacques “adiós” antes de seguir su camino en paz.
Peter y Tom sabían que debían hacer algo para ayudar a Jacques a superar su dolor. Decidieron construir un monumento para su hermana, que sería una ventana para que Jacques pudiese verla. Además, Peter y Tom prometieron que su amistad nunca terminaría, sin importar las dificultades.
Finalmente, la ciudad se quedó en paz, y todos volvieron a dormir tranquilos en sus casas. La Reina Eva estaba orgullosa de Peter y Tom, y todos los habitantes estaban agradecidos por su pronta resolución del misterio del fantasma.
Peter y Tom se quedaron en la ciudad durante unos días más, disfrutando de su victoria. Antes de partir, visitaron el monumento que habían construido para la hermana de Jacques, y depositaron un ramo de flores.
Mientras dejaban la ciudad flotante, Peter y Tom se prometieron que cuando se encontraran con un nuevo misterio, lo resolverían juntos. Sabían que siempre podrían contar el uno con el otro, sin importar cuál fuese la distancia entre ellos.
Y así fue, Peter y Tom se convirtieron en los mejores amigos y los detectives más exitosos. Y mientras la ciudad flotante flotaba en el cielo, todos los habitantes recordarían el misterio del fantasma y cómo dos amigos lo resolvieron juntos.
