Érase una vez en la tierra de Oz, vivía un gran mago que era conocido por sus increíbles poderes mágicos. El mago vivía en un magnífico castillo en el corazón de la Tierra de Oz, y era muy respetado y admirado por todos los que lo conocían.
Un día, una joven llamada Dorothy llegó a la Tierra de Oz desde un lugar lejano llamado Kansas. Había sido arrastrada por un poderoso tornado y se encontraba perdida en la tierra mágica.
Decidida a encontrar el camino a casa, Dorothy emprendió un viaje al castillo del mago. En el camino, conoció a muchos personajes interesantes, como el Hombre de Hojalata, el Espantapájaros y el León Cobarde.
Juntos, viajaron al castillo del mago, donde encontraron muchos obstáculos y desafíos. Pero con la ayuda de sus nuevos amigos, pudieron superar a cada uno.
Finalmente, llegaron al castillo del mago y fueron conducidos a su gran salón del trono. Allí, descubrieron que el gran mago no era un mago poderoso en absoluto, sino un simple mortal como ellos.
El mago quedó impresionado por su valentía y determinación, y se ofreció a concederles cada uno de sus deseos. Dorothy deseaba regresar a su hogar en Kansas, y el mago usó sus poderes para hacer realidad su deseo.
El Hombre de Hojalata, el Espantapájaros y el León Cobarde también recibieron los deseos de su corazón y vivieron felices para siempre en la tierra mágica de Oz. Y en cuanto al mago, continuó usando sus poderes para ayudar a los necesitados y traer alegría y felicidad a todos los que vivían en la Tierra de Oz.