El Lobo y la Luna Mágica

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El Lobo y la Luna Mágica
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El Lobo y la Luna Mágica. Érase una vez una manada de lobos que vivía en la profunda oscuridad del bosque. A pesar de que eran unos animales salvajes y feroces, estos lobos llevaban una vida fría y aburrida. Todo parecía ser monótono en su día a día hasta que un día se enteraron de la existencia de una Luna Mágica que podía darles la felicidad y el amor que tanto ansiaban.

La Luna Mágica brillaba con una intensidad especial durante las noches de luna llena y noches claras. Los lobos miraban cada noche al cielo, esperando que se cumpliese el anhelo de ver como la Luna Mágica surgía de entre las estrellas. Pero, a pesar de su constante vigilancia, la Luna Mágica no aparecía ante ellos. Se dieron cuenta de que necesitaban hacer algo más para que sus deseos se cumplieran.

Después de varias noches con los lobos desesperados, uno de los lobo se ofreció para hablar con el búho del bosque, que era muy sabio, con la esperanza de que supiera algo que ellos no sabían. Entonces, el búho les informó que la Luna Mágica necesitaba algo muy especial para aparecer en el cielo nocturno: Amor Verdadero.

La manada de lobos se quedó boquiabierta ante esta noticia, no sabían cómo conseguir ese Amor Verdadero que la Luna Mágica parecía esperar de ellos. Con sus mentes confundidas, comenzaron a pensar en diferentes formas de encontrar lo que se requería.

Fue el lobo más joven de la manada quien finalmente tuvo la idea. Decidió salir del bosque en busca de su verdadero amor para que así la Luna Mágica apareciera en el cielo nocturno. Sería un largo y difícil viaje, pero el joven lobo estaba decidido. Se despidió de sus padres y de sus hermanos y emprendió su camino.

Durante meses, el joven lobo exploró un mundo desconocido más allá del bosque. Sin embargo, a pesar de contar con un montón de aventuras, no encontró a su verdadero amor. Entonces se dio cuenta de que había cometido un error: No sabía lo que era el verdadero amor.

Debido a este error, el lobo decidió regresar a su hogar en el bosque. Pudo haberse rendido, pero se recordó a sí mismo que lo había prometido y no quería decepcionar a su manada; necesitaban esa Luna Mágica en sus vidas.

Al volver, decidió ir a hablar con la luna directamente. Subió la montaña más alta y gritó hacia el cielo nocturno. Al principio, no recibió respuesta, pero cuanto más gritaba, más intensa era la luminosidad de la Luna. Finalmente, la Luna Mágica apareció ante él y le habló.

«Veo que has regresado, joven lobo. ¿Has encontrado el amor verdadero?»
«No, mi Señora,» dijo el lobo con la cabeza agachada. «Pero lo he buscado en cada rincón del mundo, he buscado en cada pájaro, en cada árbol, en cada flor, lo he buscado en todo.»

«Entonces, cuéntame tu historia,» dijo la Luna Mágica con dulzura.

Así lo hizo el joven lobo, relatando todos los peligros a los que se había enfrentado durante su viaje. La Luna Mágica se conmovió con la historia del joven lobo y prometió darles su amor a todos los lobos en la manada, haciéndolos felices para siempre.

Desde esa noche, la Luna Mágica comenzó a brillar con una luminosidad aún mayor y dio a todos los lobos de la manada la fuerza y el amor que necesitaban para llevar una vida feliz y plena. La manada hizo una gran fiesta en honor a la Luna Mágica esa noche y todos los lobos celebraron hasta el amanecer.

De ahí en adelante, la manada de lobos vivió una vida mucho más feliz y emocionante. La Luna Mágica les dio el regalo del amor verdadero, con lo que compartieron cada día de sus vidas en paz y armonía. Desde entonces, los lobos siempre salían a la montaña más alta para enfocar sus miradas en la Luna Mágica, agradecidos por todo lo que les había dado.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
El Lobo y la Luna Mágica
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