El Lobo y el Tesoro Escondido. Érase una vez un lobo llamado Gris que vivía en el bosque. Gris era conocido por ser un lobo muy astuto y valiente. Un día, mientras caminaba por el bosque, Gris escuchó un rumor sobre un tesoro escondido en la montaña. Él decidió ir en busca de este tesoro y así tener riquezas para él y su familia.
Gris se dirigió hacia la montaña y comenzó a subir. A medida que avanzaba, el camino se volvía cada vez más empinado y peligroso. A pesar de esto, el valiente lobo Gris seguía adelante con determinación.
Finalmente, Gris llegó a la cima de la montaña. Allí encontró una gran cueva, y al entrar, descubrió que estaba llena de tesoros. Había montones de oro, piedras preciosas y joyas por doquier. Gris estaba asombrado por la cantidad de riqueza que había encontrado.
Sin embargo, mientras Gris contemplaba su tesoro, escuchó un ruido extraño detrás de él. Cuando se volvió, se dio cuenta de que había una manada de lobos en la entrada de la cueva. Gris sabía que estos lobos no eran amigos suyos y que querían robar su tesoro.
Gris rápidamente pensó en un plan para proteger su tesoro y decidió esconderlo en una pequeña cueva detrás de la cueva principal. Nadie excepto él sabía de su existencia.
Los lobos llegaron corriendo a través de la cueva, pero no pudieron encontrar el tesoro de Gris en ninguna parte. Empezaron a gruñir y a llorar, frustrados por no haber encontrado lo que buscaban.
Gris les preguntó por qué estaban allí, y los lobos le dijeron que habían escuchado sobre este tesoro y que querían reclamarlo para ellos mismos. Gris sabía que no podía permitir que estos lobos malignos se llevaran su tesoro.
Así que, Gris les propuso una apuesta. Les dijo que si un lobo lograba encontrar el tesoro, podría quedárselo para sí mismo, pero si no lo encontraban, deberían irse. Los lobos, confiados en sus habilidades corporales, aceptaron rápidamente.
Gris los llevó a través de la cueva principal y la manada buscó frenéticamente el tesoro. Sin embargo, después de una hora de búsqueda, Gris se dio cuenta de que los lobos no habían encontrado la pequeña cueva detrás de la cueva principal. Con sabiduría y astucia, Gris había ganado una vez más.
Al ver que los lobos se alejaban con las colas entre las piernas, Gris se mostró orgulloso de sí mismo por haber logrado conservar su tesoro escondido en secreto. Sabía que su astucia y habilidades corporales lo habían salvado una vez más.
Volvió a su familia y les enseñó su nuevo tesoro, haciendo que estos saltaran de felicidad. Gris les repartió el tesoro a su familia y disfrutó de la felicidad en su nuevo hogar.
Desde entonces, Gris pasó a ser conocido como el lobo más astuto y valiente del bosque. Cualquiera que quisiera robarle su tesoro tendría que pasársela difícil en su camino. Con su astucia y habilidades, Gris había protegido su tesoro del poder de los timadores y todo lo que vendría.