El León en la Escalada en la Montaña. Érase una vez un león que vivía en la selva rodeado de todos sus amigos animales. A pesar de ser el rey de la selva, el león era muy respetuoso y amable con todos los demás seres vivos. Un día, mientras estaba dando un paseo, el león vio una hermosa montaña en el horizonte. Desde ese momento, no pudo dejar de pensar en ella. Quería subir a la cima de esa montaña para poder ver todo el mundo desde arriba.
Una semana después, el león comenzó su aventura. Caminó por la selva y cruzó ríos y campos, hasta que finalmente llegó a la base de la montaña. Allí se encontró con un grupo de animales que también querían subir a la cima.
– ¿Qué haces aquí, león? -preguntó la tortuga.
– Quiero subir a la cima de esa montaña -respondió el león emocionado-. ¿Quieren subir conmigo?
Todos los animales aceptaron y comenzaron a escalar la montaña juntos. El león, que era muy fuerte, iba al frente para abrir camino. La ardilla saltaba de rama en rama para buscar el mejor camino, mientras que la tortuga avanzaba lentamente detrás de los demás. El mono, el tigre y el elefante se turnaban para ayudar a los que necesitaban un empujón o un descanso.
Pero a medida que iban subiendo, la tarea se volvía cada vez más difícil. Había rocas resbaladizas, caminos empinados y obstáculos que debían sortear. Los animales se cansaron y algunos incluso pensaron en darse por vencidos.
– No puedo seguir, es muy difícil -dijo la tortuga.
– No puedo más, esto es imposible -dijo el elefante.
– ¡Vamos, amigos! -animó el león-. Si trabajamos juntos, podemos lograrlo.
Y así fue. Los animales se motivaron mutuamente, dándose fuerzas unos a otros. El león lideraba y los demás lo seguían, cada uno con su función. Juntos, avanzaron a pesar de las dificultades y siguieron escalando hasta que finalmente alcanzaron la cima.
Cuando llegaron a la cima, todos los animales miraron alrededor asombrados. Era una vista increíble. Desde allí, podían ver el mundo entero. Los animales se emocionaron y celebraron juntos su logro.
– ¡Lo logramos! -exclamó la ardilla.
– ¿Ven cómo juntos podemos hacer cualquier cosa? -dijo el león sonriendo.
Los animales se dieron cuenta de que realmente habían trabajado juntos para alcanzar su objetivo. El león no había hecho todo el trabajo solo, sino que habían colaborado unidos.
A partir de ese momento, los animales de la selva se volvieron más unidos que nunca. Aprendieron que si trabajaban juntos, podían lograr grandes cosas. La tortuga, la ardilla, el tigre, el elefante, el mono y el león se convirtieron en los mejores amigos y cada vez que recordaban su aventura en la montaña, se emocionaban y se sentían más cercanos los unos a los otros.
Desde entonces, el león decidió que quería ser un líder no solo porque era el rey de la selva, sino porque entendía el poder de trabajar juntos. Y así, la selva entera, liderada por el león, comenzó a trabajar juntos para hacer la vida mejor para todos los animales.
Y así concluye esta aventura, que demuestra que trabajando juntos, no hay nada que no se pueda hacer.