El fantasma del parque acuático embrujado. Érase una vez un parque acuático muy especial. Estaba construido en un bosque mágico rodeado de árboles gigantes y hermosas flores. El parque tenía un tobogán grande y colorido, una piscina con olas, una cueva submarina y un río con cascadas emocionantes.
Todos los niños de la ciudad cercana amaban el parque acuático. Pasaban horas jugando y bañándose en las piscinas, tomando helados y divirtiéndose juntos.
Un día, un niño llamado Marco decidió que quería ir al parque acuático a disfrutar de un día cálido y soleado. Él convenció a su mejor amigo, David, y juntos se dirigieron al parque emocionados por las aventuras que les esperaban.
Pero al llegar, descubrieron que algo extraño estaba pasando. El parque estaba lleno de sombras y las flores parecían marchitas. Además, un viento frío soplaba a través de los toboganes y la piscina tenía un color extraño.
David se asustó un poco, pero Marco quería investigar lo que estaba sucediendo. Decidieron caminar por el río, a pesar de que el agua estaba fresca y el viento soplaba más fuerte.
Mientras caminaban, de repente escucharon un ruido extraño. Era un fantasma que estaba haciendo ruidos espeluznantes en la cueva submarina. Los chicos quedaron petrificados, y no sabían qué hacer.
Pero cuando el fantasma salió de la cueva, los niños se dieron cuenta de que era un fantasma amistoso. Era un pequeño fantasma, con un sombrero grande y una bufanda roja.
«¡Hola! Me llamo Freddy, y soy el fantasma del parque acuático. Soy un poco solitario, así que me gusta asustar a los visitantes para que me presten atención», dijo el fantasma con una voz suave y amable.
Los niños estaban felices de conocer al fantasma, y pronto se volvieron amigos. Freddy les mostró la cueva submarina y les contó historias sobre su vida en el parque acuático.
Resultó que Freddy había vivido allí durante muchos años, y no había nadie con quien siempre pudiera jugar. Estaba tratando de hacer amigos, pero no sabía cómo.
Los niños se dieron cuenta de que podían ayudar a Freddy a hacer amigos, y así comenzaron a hacer planes para el parque. Hicieron caminos de hojas, pusieron flores en los jardines y construyeron un divertido tobogán en el río.
Poco a poco, los visitantes comenzaron a llegar al parque acuático. Pero cuando veían a Freddy, se asustaban y querían irse.
Marco y David explicaron que Freddy era un fantasma amistoso y seguro, y que no tenía intenciones de hacer nada malo a los visitantes.
Con el tiempo, la gente comenzó a creer en los niños, y los visitantes regresaron al parque. Freddy se convirtió en el mejor amigo de todos, y construyó su propia vivienda en la cueva submarina.
Ahora, el parque acuático era aún mejor que antes con la presencia de Freddy. Los niños corrían y jugaban juntos, y todos se divertían en las piscinas y toboganes.
El parque acuático había sido embrujado, pero gracias a Marco y David, Freddy habían encontrado amigos, y el parque volvía a ser feliz.
Finalmente, Freddy se había vuelto muy feliz también, y seguramente habrían muchos visitantes felices que quisieran jugar con él en el futuro.


