El fantasma del bosque de las mariposas nocturnas. Érase una vez un bosque muy especial llamado «El bosque de las mariposas nocturnas». Este bosque era conocido por ser un lugar mágico donde las mariposas nocturnas volaban libremente por la noche. Muchas personas decían que este bosque estaba encantado y que allí vivía un fantasma que cuidaba de las mariposas.
Un día, un grupo de niños decidió aventurarse en el bosque de las mariposas nocturnas. Estaba oscureciendo, así que llevaron linternas para poder ver en la oscuridad. A medida que caminaban, escucharon ruidos extraños y comenzaron a ponerse un poco nerviosos.
De repente, uno de los niños se separó del grupo y se adentró en el bosque por su cuenta. Cuando los otros niños se dieron cuenta de que estaba desaparecido, comenzaron a buscarlo por todas partes. Buscaron en los arbustos, en los árboles e incluso en los charcos, pero no lo encontraron.
Al final, se dieron cuenta de que el niño se había perdido y que tendrían que buscar ayuda. Fue entonces cuando vieron una luz extraña en el fondo del bosque, como si alguien estuviera tratando de llamar su atención. Sin pensarlo dos veces, corrieron hacia la luz y descubrieron que alguien o algo estaba allí.
Cuando se acercaron, se dieron cuenta de que era un fantasma. Mientras miraban con sorpresa, el fantasma se presentó como el guardián del bosque de las mariposas nocturnas. Dijo que estaba allí para proteger el bosque y las mariposas de todo peligro.
Los niños se quedaron pasmados, no sabían qué decir. Sin embargo, el fantasma les explicó que el niño perdido estaba a salvo y que les ayudaría a encontrarlo. El fantasma condujo a los niños por el bosque, guiándolos con su luz brillante.
Finalmente, llegaron a una cueva donde encontraron al niño perdido. Había estado atrapado en el entramado de ramas de un árbol caído y no podía escapar. Los otros niños lo ayudaron a salir y se abrazaron aliviados. El fantasma sonrió y les felicitó por su valentía.
Los niños se dieron cuenta de que el fantasma no era un ser terrible, sino un guardián amable y protector que había venido para salvar el día. Se dieron cuenta de que debían agradecerle y le preguntaron si había algo que pudieran hacer por él.
El fantasma les explicó que necesitaba que fuesen sus ojos y sus oídos en el bosque para que pudiera proteger a las mariposas nocturnas de posibles daños. Los niños entendieron lo importante que era cuidar de las mariposas y aceptaron la tarea con alegría.
Desde aquel entonces, los niños se convirtieron en los amiguitos del fantasma del bosque de las mariposas nocturnas y ayudaron a cuidar del bosque y sus habitantes. Con el tiempo, se dieron cuenta de que no era tan aterrador como pensaban y que era un amigo leal y confiable.
Desde entonces, los niños visitaron el bosque de las mariposas nocturnas todas las noches y ayudaban al fantasma a prevenir cualquier daño a las mariposas. El bosque era un lugar feliz y seguro gracias al fantasma y a los niños que lo ayudaron.
Y así, el fantasma del bosque de las mariposas nocturnas se convirtió en un personaje legendario y querido en la comunidad, protegiendo y cuidando el bosque mágico y a sus habitantes. Y aunque los niños crecieron y se fueron del bosque, nunca olvidaron al fantasma que les enseñó lo importante que es cuidar y proteger la naturaleza.