El fantasma de la fortaleza samurái

Tiempo de lectura: 5 minutos

El fantasma de la fortaleza samurái
¿PREFIERES UN AUDIOCUENTO?

Si prefieres, puedes escuchar el cuento mientras haces otras tareas

El fantasma de la fortaleza samurái. Érase una vez, en una fortaleza samurái en Japón, un misterioso fantasma que rondaba los pasillos y los cuartos de todo aquel que se atrevía a pasar la noche allí. Los habitantes del pueblo cercano, temerosos de que algo malo pasara, evitaban acercarse a la fortaleza durante la noche.

Pero había una niña llamada Yuki, que no tenía miedo y quería descubrir el secreto de aquel fantasma. Yuki era una valiente y curiosa niña de cabellos negros y ojos grandes y brillantes como el sol.

Una noche, Yuki decidió entrar a la fortaleza y pasar la noche allí. Como llevaba una pequeña linterna, la niña podía ver el camino que debía seguir. Pasó por las filas de armaduras de samuráis y se escondió detrás de una enorme puerta mientras el fantasma pasaba por el pasillo.

Cuando el fantasma desapareció por la puerta del patio, Yuki decidió seguirla. La niña se dio cuenta de que el fantasma llevaba una espada samurái, y en su intento por tocarla, Yuki se deslizó por una rampa sin querer y cayó por un agujero en el suelo, pero logró aferrarse a una barandilla antes de caer.

Mientras se recuperaba y se frotaba la cabeza después de la fuerte caída, Yuki pudo ver a través de un ensanchamiento de la barandilla que sucedía debajo de ella. Era una especie de base, y había un cofre gigante en el centro. Yuki se acercó lentamente y tocó el cofre con sus manos. De repente, una luz blanca brilló y la niña se desmayó en el suelo.

Más tarde, Yuki se despertó y se encontró en lo que parecía un dojo vacío, pero no estaba segura. La niña comenzó a caminar por el dojo hasta que fue interrumpida por una voz profunda.

– ¿Quién osa interrumpir el código samurái de mi dojo? -dijo la voz.

Yuki, al principio asustada, decidió presentarse.

– Soy Yuki, vengo del pueblo, quería conocer el secreto del fantasma de la fortaleza y acabo de despertar aquí en este dojo.

– Yo soy el gran guerrero matamori, y este dojo es el lugar de entrenamiento de los samuráis. Pero hete aquí que debo entrenarte a ti ahora- dijo matamori- el cofre que encontraste tiene una espada samurái sagrada que te eligió para convertirte en samurái. ¿Estás preparada para aceptar el desafío?

Yuki estaba emocionada y asustada al mismo tiempo. ¿Ella, una samurái? ¿Cómo podría ella aceptar una gran responsabilidad como esa?

– Estoy dispuesta a intentarlo -dijo finalmente Yuki.

Yuki comenzó su entrenamiento, y durante los días siguientes estudió artes marciales y aprendió a manejar la espada samurái. Matamori la enseñaba enseñando, masticando arroz y fideos como si nada. Pero Yuki no bajaba los brazos, siempre estaba dispuesta a mejorar su técnica y habilidades.

Mientras se entrenaba, Yuki no podía dejar de pensar en el fantasma de la fortaleza. Preguntó a Matamori si sabía algo sobre el misterioso espectro, y la respuesta no la sorprendió.

– El fantasma de la fortaleza es un guerrero samurái que nunca encontró la paz después de morir. Dicen que todavía protege su espada samurái, tratando de encontrar a alguien que lo complete en su misión.

Yuki se dio cuenta de que ella era la elegida y decidió completar la misión del guerrero samurái. Con el tiempo, finalmente se enfrentó al fantasma de la fortaleza.

– No temo a tu espada samurái, pero antes de enfrentarte, quiero saber por qué te quedaste en esta fortaleza y por qué no puedes encontrar la paz -dijo valientemente Yuki.

El fantasma del samurái guardó silencio durante unos segundos antes de responder.

– Protejo esta espada porque es mi deber, pero no puedo encontrar la paz porque no puedo proteger a mis seres queridos en esta vida y la próxima. La espada samurái es el último recuerdo que tengo de ellos.

La espada Samurái brilló y un haz de luz azul iluminó la fortaleza. Una caricia en la brisa llegó hasta Yuki y el fantasma comenzó a desaparecer.

– ¿Quién eres tú y cómo sabes lo que tengo en mi corazón? -preguntó el fantasma.

– Soy Yuki, la samurái que te completará en tu misión. He venido para arreglar los errores que cometió tu generación y para ayudarte a encontrar la paz que necesitas -dijo Yuki convencida.

El fantasma no dijo nada, pero se esfumó en el aire dejando atrás una espada samurái brillante en su lugar. Yuki tomó la espada samurái y decidió hacer una promesa con ella. Juró proteger a su pueblo y ser una samurái fiel y honrada. Con la espada samurái en sus manos, Yuki salió de la fortaleza en un nuevo camino, lista para enfrentar cualquier reto que tuviera por delante.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
El fantasma de la fortaleza samurái
¿Te ha gustado «El fantasma de la fortaleza samurái»?
¡Compártelo con tus amigos!
Facebook
Twitter
Pinterest
WhatsApp
Email
Imprimir