El enigma del fantasma del castillo de arena

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El enigma del fantasma del castillo de arena
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El enigma del fantasma del castillo de arena. Érase una vez, en un pequeño pueblo costero, un grupo de amigos que adoraban hacer castillos de arena en la playa. Un día, mientras construían su castillo más grande hasta el momento, escucharon un extraño sonido. Al principio, pensaron que era solo el viento, pero luego se dieron cuenta de que era un gemido.

Curiosos, los amigos siguieron el sonido hasta el castillo de arena más grande de la playa. Allí, encontraron una roca que parecía estar temblando. Al acercarse, notaron que la roca tenía una puerta escondida. Con cuidado, la abrieron y descubrieron un largo túnel que conducía a un castillo en ruinas.

Mientras exploraban el castillo, vieron algo extraño. Un fantasma blanco apareció frente a ellos y empezó a hablar. Les contó que era el fantasma de una princesa que había vivido en el castillo mucho tiempo atrás. La princesa les dijo que había guardado un tesoro en algún lugar del castillo y les pidió su ayuda para encontrarlo.

Los amigos estaban emocionados de ayudar al fantasma de la princesa y comenzaron a buscar por todos lados. Pasaron por las torres del castillo, los jardines y las habitaciones, pero no encontraron nada. Frustrados, los amigos preguntaron al fantasma de la princesa dónde podían encontrar el tesoro.

El fantasma suspiró y les dijo que estaba en algún lugar del jardín. Los amigos buscaron en todas partes, pero aún no encontraron nada. Entonces uno de ellos vio algo extraño en la arena del jardín. Era una piedra que parecía estar fuera de lugar.

Con cuidado, los amigos quitaron la piedra y encontraron una puerta escondida debajo. Al abrirla, encontraron una sala secreta llena de tesoros. Había joyas, monedas de oro y un papiro con un mapa que mostraba la ubicación de un tesoro aún más grande.

El grupo de amigos estaba emocionado de haber encontrado el tesoro, pero no podía dejar al fantasma de la princesa en el castillo. Decidieron llevarla consigo y continuar buscando aventuras juntos.

Mientras caminaban hacia el tesoro, pasaron por un bosque oscuro y encontraron a un pequeño pájaro herido. Los amigos cuidaron del pájaro y lo llevaron consigo mientras seguían su camino.

Finalmente, llegaron a una cueva donde el tesoro estaba escondido. Desafortunadamente, la entrada estaba cerrada y no podían abrirla. Fue entonces cuando el pequeño pájaro voló hasta la cerradura y la abrió con su pico.

Dentro de la cueva, encontraron el tesoro más grande que alguna vez hubieran imaginado. Había montones de oro, brillantes joyas y una lámpara mágica. Al frotar la lámpara, apareció un genio que les concedió su mayor deseo.

Los amigos, sabiendo que el genio podía concederles cualquier cosa que quisieran, pidieron que la princesa fantasma pudiera tener su castillo de vuelta. El genio concedió su deseo y la princesa se desvaneció delante de ellos.

Sin embargo, cuando volvieron a la playa, notaron que el castillo de arena que habían construido estaba ahora en ruinas, como si hubiera estado allí durante muchos años. Se miraron confundidos, pero luego recordaron que habían vivido una gran aventura en el castillo «real».

A partir de ese día, los amigos continuaron construyendo castillos de arena en la playa, pero siempre recordaron la aventura que habían tenido y la amistad que habían encontrado gracias a ella. Y aunque nunca más volvieron a encontrar a la princesa fantasma, siempre recordaron la emoción que sintieron al ayudar a alguien en necesidad.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
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