El cuento de la mariposa que no quería volar

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El cuento de la mariposa que no quería volar
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El cuento de la mariposa que no quería volar. Érase una vez una mariposa llamada Mimi que no quería volar. Desde pequeña, le costaba trabajo mover sus alas y cuando intentaba volar se sentía muy insegura. Por eso, prefería quedarse posada en una flor todo el día.

Un día, mientras estaba en su flor favorita, llegó una mariquita llamada Pepito. Él era muy curioso y le preguntó a Mimi por qué no volaba como las demás mariposas. Mimi le explicó que le daba miedo caerse y lastimarse.

Pepito no entendía por qué Mimi tenía tanto miedo. Él había visto a muchas mariposas volar sin problemas y sin tener miedo. Así que le propuso a Mimi que le enseñara a volar.

Al principio, Mimi no quería intentarlo, pero Pepito fue muy insistente y le dio mucho ánimo y apoyo. Le explicó cómo mover las alas y cómo usar el viento a su favor. Poco a poco, Mimi empezó a confiar en sí misma y a creer que tal vez sí podría volar.

Así que, juntos, Pepito y Mimi se lanzaron al aire. Mimi temblaba de miedo al principio, pero al poco tiempo empezó a sentir la libertad y la emoción de estar volando. ¡Era una sensación maravillosa!

Mimi había superado su miedo y se había dado cuenta de que con un poco de esfuerzo y ayuda de sus amigos, podía hacer cosas que nunca creyó que eran posibles.

Después de ese día, Mimi se convirtió en una de las mariposas más habilidosas del jardín. Ya no tenía miedo de volar y disfrutaba de la vida al máximo. Además, empezó a ayudar a otros insectos que también tenían miedo de intentar cosas nuevas.

Un día, llegó al jardín una abeja llamada Lola. Ella también tenía miedo de volar y prefería quedarse posada en las flores aún más que Mimi. Así que Mimi recordó la lección que Pepito le había enseñado y se ofreció a ayudar a Lola.

Le explicó que podía volar despacio al principio y que ella estaría a su lado para ayudarla si se sentía insegura. Lola aceptó la ayuda de Mimi y juntas se lanzaron al aire. Al principio, fue difícil para Lola, pero Mimi la animó y le dio apoyo. Poco a poco, Lola empezó a disfrutar del vuelo y se sintió muy agradecida a Mimi por haberla ayudado a superar su miedo.

A partir de ese día, Mimi se convirtió en la heroína del jardín. Ayudaba a otros insectos a superar sus miedos y siempre estaba allí para animar a los demás a intentar cosas nuevas.

Un día, mientras volaba en el jardín, Mimi se detuvo en una flor y se dio cuenta de que había flores de todos los colores y tamaños. Además, también había mariposas de diferentes colores y diseños, y todos volaban libremente por el jardín.

Mimi se sintió muy agradecida por tener amigos tan maravillosos como Pepito y Lola, y por haber descubierto que era capaz de superar sus miedos. Se dio cuenta de que todos éramos diferentes, pero que todos teníamos algo especial que ofrecer al mundo.

Y así, Mimi continuó volando por el jardín, feliz y orgullosa de ser diferente y de haberse dado la oportunidad de volar.

FIN

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
El cuento de la mariposa que no quería volar
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